La denuncia hecha por el presidente Juan Manuel Santos sobre la estrategia de la extrema derecha de lanzar noticias falsas de atasques de la subversión a una base militar, muestra claramente que su claro propósito es, como antes, pescar el voto con base a la guerra.
En el reciente pasado, el anterior presidente, durante su campaña, empleó el argumento de la guerra como su más firme aliado a través del cual sembrar el pánico en las mentes de los colombianos para así obtener el voto que lo habría de llevar a la presidencia.
En esta oportunidad, no solo se ha repetido el logo de campaña, sino que se ha queridos traer a la escena política el mismo argumento en el propósito que su protegido, un personaje de escasa ascendencia en la conciencia colombiana, obtenga el necesario respaldo para implantar una vez más el régimen del terror que le niega la paz a la nación.
La manera sucia como se pretende conseguir el voto popular está llevando a la extrema derecha, tal como lo ha hecho ver el presidente, a intentar crear el pánico colectivo en un pueblo ansioso de vivir en paz.
Es por ello que en un amplio sector de la ciudadanía ha quedado la duda sobre la autoría del atentado en Pradera, Valle, en donde una persona resultó muerta y cerca de sesenta heridas, atribuido a las Farc de manera pronta por las fuerzas del estado, y que le sirvió al candidato de la extrema derecha para hacer proselitismo.
Ahora se da este nuevo y detestable hecho que el presidente Santos supo desmentir a tiempo pero que no deja de tener su impacto psicológico en la población.
El peligroso juego de la guerra debiera merecer sanciones por parte del gobierno a los responsables.
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