La tragedia que sacude a la franja de Gaza ha sobrepasado todos los límites de la tolerancia sin que por ello, los aliados de Estados Unidos hayan exigido a su gobierno, así como a Israel, cesar en su indiscriminado bombardeo, con lo cual se ha permitido que centenares de niños , adultos mayores y civiles en general, hayan perdido la vida , otros recibido mutilaciones en sus miembros, además de los centenares de desplazados que hoy deambulan sin saber dónde guarecerse de los terribles ataques.
Los hospitales en Gaza ya no son suficientes para recibir a tantos heridos al tiempo que han escaseado los medicamentos para las atenciones médicas primarias y aún así, las numerosas víctimas siguen siendo llevadas a esos lugares en la desesperada búsqueda de pronta asistencia.
Mientras ello ocurre, el gobierno de Israel, respaldado por Estados Unidos, a la cabeza de Barack Obama, continúa en la incesante descarga de pesadas bombas dejando tras de sí toda una estela de dolor, mientras las pilas de escombros de viviendas levantadas con sacrificio, quedan como mudos testigos de la ntemperancia de las fuerzas americanas e israelies.
La ONU Y LA OEA han resultado insuficientes para contrarrestar tanta barbarie, cometida casi que de manera impune frente a los ojos de un mundo que se sobrecoge ante tan fuerte realidad. Es por ello que en diversas ocasiones se ha propuesto la profunda restructuración de dos organismos incapaces de someter a Estados Unidos.
Por lo pronto habrá que seguir observando en silencio la barbarie de dos naciones contra un pueblo que lucha por su autonomía.
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