domingo, 24 de septiembre de 2017

Las armas nucleares, una contención a los atropellos de los más fuertes?


Las grandes masacres de civiles y combatientes que de cuando en cuando muestra la prensa internacional en Occidente contra pueblos bombardeados por Estados Unidos y la coalición de la OTAN, semejan , qué horror!, las lamentables mortandades de peces que con alguna frecuencia se registran en poblaciones, especialmente, del denominado tercer mundo debido a diversos factores, climáticos, contaminación, etc.
A partir del 11 de septiembre del 2001, a raíz  del mortífero ataque a las torres gemelas en New York atribuido a fuerzas terroristas del Medio Oriente, el mundo  se embarcó en una vorágine de violentos acontecimientos justificados en la despiadada caza de los responsables de tan reprochable hecho.
La persecución a grupos terroristas ha permitido que se desarrollen operaciones de bombardeos a zonas del Medio Oriente , con lo cual  hoy son numerosas las ciudades sumidas en ruinas pese a su gran valor arquitectónico, histórico, al recibir los bombardeos tanto de extremistas como de las fuerzas que luchan contra  la existencia de ese tipo de agrupaciones en rebelión.
El número de combatientes y civiles muertos en cada enfrentamiento o actuación sobrepasa, en su totalidad,   los dos millones de personas, de acuerdo a cifras que no pueden ser consideradas como absolutamente válidas.
El empleo cada vez mayor de misiles ha convertido las guerras sectoriales en verdaderas matanzas ante la cantidad de víctimas que en ellas se registran, permitiéndole a países que, como Estados Unidos, Rusia , Inglaterra, Francia y otros, con la capaciddad de producirlos en serie y  avanzada  tecnología, quieran imponer su poderío en detrimento de los más débiles.
Sin embargo, lo que está ocurriendo con Iran, Corea del Norte, por ejemplo, cuyos gobiernos han desarrollado ese tipo de armas, permite considerar que  las pequeñas naciones con acceso a la moderna tecnología bélica, los puede situar en un campo de pretendida igualdad e impedir que lleguen a ser presas fáciles de cualquier ataque.
Esta realidad permite preguntar, las armas nucleares, una contención a los atropellos de los más fuertes o una motivación valedera para la paz del mundo?

domingo, 3 de septiembre de 2017

Entenderá el pueblo que las Farc representan la nueva alternativa política?


La nueva corriente política en Colombia surgida de las Farc con el nombre, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, al término de la negociación del proceso de paz con el gobierno presidido por Juan Manuel Santos, tiene una serie de importantes tareas que cumplir con miras a  las elecciones del próximo año.

La más fuerte, la estigmatización que cada gobierno, en un lap´so de seis décadas, hizo del nombre de las Farc,   proyectada , con la estrecha colaboración del clero y partidos políticos tradicionales, como a una fuerza demoníaca  para lo que no ahorraron momento alguno para vincularla con el narcotráfico y el terrorismo, como algo de su exclusivo accionar. Parejo al clero y los partidos políticos, los medios masivos de comunicación aportaron el  resto ,consiguiendo dominar de tal manera la mente del colombiano medio, logrando inclusive, que quienes pudieron acceder a títulos académicos, le den preeminencia  a conceptos enmarcados en el estereotipo en el que las Farc fueron encasilladas.

A ese estereotipo demoníaco, se le une otro también lleno de plena  perversidad, cual es la inducción al temor que se ha hecho entre todos aquellos que , buscando alternativas políticas,  los llevan a manifestar cierta identidad de ideales con personas del pueblo que siempre se han sentido excluídas de cualquier posibilidad de desarrollo, tal como lo muestran las lastimosas imágenes en las barriadas, en los rincones apartados de Colombia, inclusive, en las zonas tuguriales de las ciudades en crecimiento.
Los líderes de las Farc asumen la situación con la absoluta convicción de que la tarea no resulta´ra nada fácil, especialmente el tratar de derrotar el temor popular hacia un respaldo , además de tener que vencer las truculencias de los políticos profesionales que hoy advierten en las Farc, un sector que les puede quitar su vieja hegemonía en el electorado colombiano.