viernes, 28 de agosto de 2015

La violencia condicionó la mentalidad de las generaciones en Colombia. Hoy se venera a oscuros peresonajes

En Colombia, la fuerza de las circunstancias han condicionado la mentalidad de un buen número de las nuevas generaciones, dándoles legalidad a lo ilegal.
En un país sometido a la violencia por décadas debido a los mezquinos intereses de actores políticos, cada nueva generación se formó con la idea de ver como normal cualquier crimen,  y últimamente, con las masacres, perpetradas  de manera impune, despiadada, contra inocentes víctimas, sindicadas de conformar grupos rebeldes.
El absurdo de la desenfrenada violencia ha llevado a miembros de esas generaciones a brindarle veneración  a las principales figuras que la gestan y que hoy sigue castigando rudamente a la nación, como si se tratase de personajes épicos que un día lucharon por la libertad de sus pueblos o por acabar, inclusive, con la aciaga esclavitud .
Esos terroríficos personajes que un día se apoderaron de la vida institucional de la patria pasando por encima de sus normas jurídicas, han aplicado su sapiencia a fin de obtener los mayores réditos posibles basados en la actitud permisiva   de todo un pueblo.
Esos mismos personajes son los que ahora empujan a Colombia hacia un conflicto armado con Venezuela, argumentando  presuntas violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno de ese país contra los nacionales establecidos allí sin ningún tipo de documentación que los regule, cuando el oscuro propósito, y ello se conoce de manera amplia, es sembrar la plaga del paramilitarismo en ese lugar.
Mientras esas actuaciones se producen con el beneplácito de quienes los siguen, el presidente Juan Manuel Santos se ha dejado arrastrar por los malintencionados,  sin adcvertir que en el fondo de todo subyace el deseo, la necesiddad de atender la conveniencia de sectores económicos y políticos transnacionales que venían esperando tan magnifica oportunidad para actuar, sin que llegue a importar para nada la vida de quienes irremediablemente, caerán envueltos en esa vorágine de perversos intereses.                                      

sábado, 15 de agosto de 2015

La dificil tarea de lo académico para forjar conciencia social

Una pregunta: Qué resultados indirectos ha logrado la academia en Latinoamérica , en lo que hace  al despertar de la conciencia social  en las actuales generaciones?
Aun cuando ahora se aprecia una más directa compenetración  de profesionales en los asuntos sociales, el porcentaje, se estima debiera ser más significativo  si se tiene en cuenta que la inmensa mayoría proviene de las clases intermedias y bajas.
Pese a que hay ricos,  cual valiosas excepciones, que se inclinan por lo social, la gran mayoría  muestra la tendencia general desde el comienzo de la formación académica, de obtener un título que los lleve al afianzamiento de sus metas económicas, apelando, como es natural, a los vínculos que les permite su privilegiada clase social.
Los de  las clases sociales menores, en un alto porcentaje, persiguen un logro acadéico, pero haciendo énfasis en alcanzar un mejor nivel de vida que les facilite, incluso, ascender a los cómodos estratos superiores.
A partir de ahí, casi que pasan a olvidar las afugias económicas, las privaciones que tantos lamentos les ocasionaron  y empezar a marcar un nuevo territorio , para de esa manera distanciarse gradualmente de aquellos que un día conformaron su entorno social.
Atrás quedan entonces, los impulsos académicos iniciales adquiridos a medida que su cerebro se nutría de nuevos y valiosos conocimientos y los que les hacían imaginarse en escenarios de lucha para la reivindicación social de los suyos.
El tiempo transcurre inmisericorde y hoy vemos a muchos de nuestros nuevos valores ocupando altos cargos del estado, o del sector privado, con lo cual su mente los aparta mas y más de los que ahora mira con indiferencia, casi que con fastidio.
Si los nuevos académicos no perdieran su esencia, sin que por ello dejen de perseguir una mejor condición económica, estamos seguros que se podrá lograr un más sano equilibrio social y, lo más importante, las ahora valiosas mentes, impedirían con enérgicas actuaciones, que aquellos que basados en el narcotráfico, el contrabando, el despilfarro en los dineros  públicos, e in cluso en la comisión de crímnenes de lesa humanidad, pudieran ostentar un indiscutible poder político, basados en la devastadora violencia.
Será que nuestros nuevos académicos, modificarán su negligente actitud y girarn su mirada hacia quienes siguen siendo la fácil presa de la desvergüenza?.


miércoles, 12 de agosto de 2015

Latinoamérica debe ser un solo ejército contra la voracidad financiera



Lo que se ha planteado en Latinoamérica con la forzada pretensión de la Exxon Mobil de explorar petróleo en aguas en disputa entre Guyana y Venezuela, indica de manera clara, que el mundo está obligado a no seguir contemplando la voracidad financiera de las multinacionales.
Llevados por su política de dominio, pretende ahora incendiar a América Latina, al determinar iniciar una cuestionada exploración petrolífera en una plataforma reclamada desde hace más de cien años por los dos paises y para cuya acción, la  Exxon se ha valido del nuevo presidente de Guyana, quien, al igual que en otros paises de la zona, han accedido a los despiadados intereses de los capitales extranjeros , sin que se tenga en cuenta para nada lo que piense o no, el pueblo.
Con su  actitud, la Exxon ha pretendido sembrar la discordia entre pueblos hermanos solamente con el propósito de seguir en su loca carrera por el domin io del petróleo.
Ante tan terrible realidad, se hace necesario que los pueblos le digan no más a los despiadados financistas, quienes con  mucho dinero, les siguen comprando la conciencia a mandatarios, como ha ocurrido recientemente en México, ahora en Guyana y antes en Colombia y otros lugares para la acomodada extracción de los minerales de nuestros territorios para dejarnos como contraprestación, lo que ya todos cononocemos , hambre, extrema pobreza, desplazados, mientras unos pocos son los que se lucran.
La odiosa actitud de unos extranjeros que todo lo quiereen y el espíritu perverso de algunos de nuestros aventajados hombres, debe ser rechazado plenamente por los pueblos.
Ante esta circunstancia,  surge una consideración, si ellos se unen para sus atropellos, el pueblo está en el deber de hacer lo mismo, convertirse en un solo ejército que les impida, que les ponga freno de una vez por todas a su libre y acomodado actuar.