domingo, 20 de mayo de 2018

HARRY, EL PRÍNCIPE QUE INTENTA DEMOLER EL ODIOSO MURO DE LA DISCRIMINACIÓN


El matrimonio del príncipe Harry de Inglaterra y Meghan Markle, celebrado el  sábado 19 de  mayo con la presencia de un buen número de personalidades de color, parece constituirse en un golpe demoledor a la odiosa discriminación  que por siglos ha sembrado de desigualdad al mundo.
El notable mercado de hombres negros que tomó mayor fuerza en Norteamérica para la explotación agrícola de las tierras del sur, abrió el camino para el asentamiento de una sociedad que con el correr del tiempo y, luego de abolirse la esclavitud, permitió el desarrollo de comunidades aisladas por barreras sociales que han subsistido pese a las luchas emprendidas con vigor por líderes que han reclamado la plenitud de igualdad para quienes siguen siendo mirados por una minoría blanca, como a no tener derecho a los llamados  privilegios que   ellos sí tienen,parta el buen vivir sobre la tierra.
A esa comunidad de origen africano aherrojada por el desprecio, la historia le abre una gran puerta para que entre a reclamar un papel  decisivo en la construcción de un mundo más igualitario en el que deje de ser indigna la unión de  un negro con un blanco o viceversa .
La sangre es de un solo color, lo de azul, para vivir de "abolengos"  que conceden privilegios, debe quedar como una mnolesta referencia, pues la realidad es que la tierra surgió para ser habitada con igualdad de derecho por el hombre.
Acabar con el encasillamiento mental de una raza superior, cuando todas las personas adolecen de los mismos defectos, las mismas debilidades ante la imponente naturaleza, es tarea que debe seguir adelante con hombres como Harry que tienen una concepción distinta de la vida.

domingo, 6 de mayo de 2018

La ultraderecha, la gran pesadilla de la inequidad en A. Latina


La convulsión política que hoy se vive en América Latina tiene una sola motivación, el desmedido afán de la ultraderecha por retomar de manera plena su hegemonía política en una región en la que   en varios de sus pueblos, movimientos de avanzada social han alcanzado un notable avance.
Empleando toda suerte de tácticas, la ultraderecha  se ha venido apoderando de gobiernos con un marcado direccionamiento social para remplazarlos por mandatarios con una agenda clara,  devolverle el predominio a sectores políticos encargados de brindarle toda suerte de beneficios a los grandes capitales transnacionales, para el libre manejo de sus recursos naturales y económicos , sepultando así las mínimas aspiraciones de los sectores populares por alcanzar su reivindicacion social después de siglos de abandono, de atropellos, en todos los sentidos.
La tarea ha sido cumplida a cabalidad. cuando advertimos el golpe de mano que se dio en Brasil al haber sido despojada Dilma Roussef de su condición de gobernante democráticamente electa, para montar en su remplazo a un anciano lleno de todos los vicios y debilidades posibles y quien hoy, enfrenta diversos cargos por corrupción pero que una justicia amañada hace lo posible por mantenerlo en el cargo. Quienes destituyeron a Dilma,  llevaron a´Michel Temer a  esa posición con la excusa de llegar para ejercer un gobierno provisional mientras  se aclaraba las supuestas irregularidades de la depuesta mandataria. Hoy Brasil se debate en medio de toda suerte de protestas sociales.
Igual situación se registra en una Argentina conducida por Mauricio Macri, acusado de haber amasado grandes fortunas con base a trapisondas en los sectores público y privado y quien ha entregado nuevamente a la nación en brazos de los emporios capitalistas norteamericanos.
El libreto continúa con Nicaragua en donde se han fabricado violentas protestas, como las ocurridas en Venezuela, sólo con la firme intención de dar al traste con un gobierno.
Ya no es la bota militar la recorre de manera abierta a América Latina para tumbar y montar presidentes, pues esa tarea se le ha asignado a los capitalistas criollos en cada lugar, los que hoy se valen  de toda suerte de estrategias, apalancadas por las medidas sancionatorias que contra gobiernos pone en práctica Estados Unidos de manera autónoma, sin que ningún organismo internacional las rechace. La Onu y la Oea parecen hechas a su medida.