jueves, 30 de junio de 2016

La guerra en Colombia, del monte a la ciudad?


La guerra en Colombia, del monte a la ciudad? Éste, que parece ser un interrogante inofensivo, encierra lo que representa la inquietud de las personas motivadas por las recientes declaraciones del presidente Juan Manuel Santos sobre una de las medidas que pondría en marcha su gobierno al firmarse el acuerdo de paz con las Farc.
No se sabe si tal declaración la hizo el mandatario para pretender congraciarse de alguna manera con aquellos declarados enemigos del proceso de la Habana, o simplemente porque eso es lo que piensa hacer una vez entren en vigencia los puntos contenidos en las negociaciones con las Fasrc.
El rechazo al pretendido refuerzo del Esmad  ha sido casi general, especialmente entre los sectores defensores de los derechos humanos los cuales consideran que sería un contrasentido, hablar de paz y a su vez brindarle más armas a esa unidad del estado señalada de "excesos y extralimitaciones"en sus operativos
Contra el Esmad existen toda suerte de señalamientos que van, incluso, hasta la comisión de homicidios de quienes han adelantado protestas sociales en el país.
El presidente ha dicho que la finalización del conflicto  con las Farc, llevará necesariamente a que las protestas sociales se incrementen en las ciudades ante la imposibilidad del estado por atender de manera adecuada, cada problema, cada situación  de las que el pueblo reclame solución.
Qué pasaría entonces con un Esmad reforzado? Sencillamente surgirá más violencia y lo que podría degenerar en un conflicto más serio que el vivido en Colombia por casi sesenta años, y el cual ha dejado miles de muertos y de familias desplazadas.
Y cuando el Esmad resulte insuficiente para contrarrestar las protestas sociales, qué ocurrirá?  Habrá que apelar a las tropas del ejército, a sus tanques y más adelante a su aviación?
Señor presidente, no permita que los colombianos , con declaraciones de esa naturaleza, se puedan confundir  y dejen de  pensar que en lugar de paz, en el país lo que habrá será más guerra.
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domingo, 26 de junio de 2016

El nuevo canal de Panamá, un regocijo que debió ser colombiano


Desde el comienzo mismo de la república, la mezquindad política  se ha encargado de interferir  seriamente en el desarrollo de Colombia en todas las esferas
La guerra de los mil días en la que el conservatismo y liberalismo propendían por una hegemonía en la república de 1903 , distrajo de tal manera al gobierno de Manuel Antonio Sanclemente , un anciano enfermo que prácticamente no se pertenecía, facilitando la presencia de una alta corrupción que llevó a desatender la concesión  otorgada a una compañía francesa en cabeza de Feredinand De Lesset, años atrás, para la construcción de un canal interoceánico  en la entonces provincia de Panamá.
Una obra que debió ser ejecutada en seños años, de acuerdo a los presupuestado por los ingenieros a cargo del complejo y costoso proyecto,, tuvo una parálisis  cercana a los veinte años, hasta ser negociado por éstos al gobierno de Estados Unidos, el cual se valió de su fuerza bélica y económica para finalmente hacerse a ella y proceder, con una fuerte presencia militar , a ejercer total dominio en el Istmo, supuestamente con el respaldo de la ciudadanía, cuando en realidad lo que se produjo fue una invasión para forzar al surgimiento de una nueva república.
Hoy cuando el ampliado canal entra en funcionamiento, constituyéndose en una de las obras de la ingeniería hidraúlica más sobresaliente de la época, empieza a generarle a la república de Panamá unas utilidades que le permitirán alcanzar un importante grado de desarrollo, esperándose que lo social también reciba el debido beneficio.
Entre tanto, los colombianos seguiremos con una mano en la barbilla, o en cualquier otro  lugar, pensando que nuestros antepasados despilfarraron veinticinco millones de dolares  que recibió el país  como indemnización  por la pérdida de una obra que le debiera estar reportando a Colombia pingûes utilidades.
Pero esa es la política, peor aún, la responsabilidad de aquellos que siempre han manejado a tan maltratada nación y quienes hoy le siguen entregando nuestros recursos a los extranjeros a nombre del desarrollo.
Un historiador se queja de la siguiente manera ante tal vergûenza , " Colombia no envió tropas al escenario, no rompió relaciones diplomáticas  ni retalió  contra sus capitales invertidos en banano y ansiosos de invertirse en petróleo. Antes que tomar medidas punitivas, siguió negociándose con ellos condiciones favorables para su inversión".

domingo, 19 de junio de 2016

La determinación, el único ejército del terrorismo. Cuál es la estrategia, bombas y más bombas?


Cada acción terrorista, y ello ha quedado demostrado una y otra vez, tiene su propia realidad, al punto que los investigadores no pueden intentar hallar una conexión entre uno y otro procedimiento para establecer la identidad de un culpable.
Éste hecho es tan real que generalmente se debe esperar que sea el grupo ejecutor el que se lo atribuya, para que las autoridades entren  a esclarecer con más propiedad lo concerniente al procedimiento empleado para tal fin.
El desafuero místico que impulsa a un determinado personajes a pretender alcanzar el reconocimiento de algunos de los de su clan social, religioso, ctc., lo lleva a colocarse ante los ojos de quienes en los gobiernos les declaran la guerra, como un claro objetivo militar. Pero en sí, él termina siendo una figura aislada dentro del mundo musulmán  que defiende al extremo sus postulados como lo único válido.
Lo de Orlando en Florida, Estados Unidos, demuestra que una sola persona es capaz de echarse sobre los hombros la responsabilidad de acometer una masacre como ésta en la que cuarenta y nueve personas que querían la vida, hoy representan las víctimas de una nación que ha empleado misiles, movilizado fuerzas aéreas junto con otras naciones, en su desesperado afán por enfrentar a un enemigo que se puede decir, éste sí es de mil cabezas y al cual no se le ve, pero se le siente por su violento accionar.
Pero ante tan etéreo enemigo, dónde ubicar los ejércitos, a qué parte enviar a los hombres que deben enfrentar a un terrorismo que en Occidente se empieza a sentir casi con el mismo rigor con que golpea al Medio Oriente?
Entonces, cuál debe ser la estrategia para las potencias que combaten contra ese monstruo?  Seguir lanzando bombas a diestra y siniestra sin que importen mucho las miles de vidas civiles que caen destrozadas, sin entender el porqué de la sinrazón que agobia al mundo en el Medio Oriente.
Ahora se entiende que ante el terrorismo no hay seguridad posible. Qué hacer? Acaso lo indicado es mirar a cada Musulmán como un potencial terrorista, seguir lanzando bombas y bombas, atender las voces bélicas que ven en las armas la solución de todo conflicto?

viernes, 3 de junio de 2016

Debe seguir Colombia sometida a la tiranía de los malos políticos?

Debe seguir Colombia sometida a la tiranía de los malos políticos? Los politizados organismos de la justicia no actúan por convicción de sus miembros de atender la real conveniencia  de la nación, pero sí las de sus acomodados criterios políticos que no se ajustan a razón.
En la Corte Suprema, la Constitucional, el Consejo de estado, etc., lo que prima es la defensa de unas camarillas que actúan al querer de determinados caciques políticos que han parcelado la justicia en Colombia, cuando por simple mayoría de sus miembros , fuerzan  a posiciones que son contrarias a los intereses de los colombianos pero que en cambio  llevan consigo la arrogancia, el desdén de unos personajes que hicieron del poder político su más letal. arma que les permite arrodillar ante ellos a la democracia.
Es así como hoy la nación aparece entre las que registran, en la región, mayor desigualdad social y en donde la corrupción administrativa ha  llevado  al colapso a las entidades en el estado, tanto públicas como privadas. Y son esas camarillas políticas las mismas que tienen postrado el sistema de salud ante el descarado saqueo a sus recursos, llevando a los hospitales públicos a su total colapso y permitir que millares de pacientes deambulen en medio del desespero, sin hallarle una solución a sus necesidades.
Pero en definitiva, es la juventud la que tiene la última palabra para que, al tomar conciencia de tan aguda crisis, se decida a iniciar el urgente reemplazo de todos aquellos que supieron hacer del voto, su eficaz medio para medrar sobre los reales intereses de un sufrido pueblo.
La juventud está obligada , al actuar con convicción, a librar a Colombia de aquellos que por herencia de familia se hicieron liberales o conservadores para, con esa bandera, hacer del país y sus instituciones el modo expedito para la acumulación de esas fortunas que hoy los presentan como los dueños de una nación que nada en miseria, en criminalidad y en donde los desplazados se acumulan por doquier, sin esperanza alguna.