domingo, 31 de julio de 2016

América Latina, convertida en un hervidero político


Lo que hoy se aprecia en América Latina es un hervidero político motivado por la contraofensiva lanzada por Estados Unidos, en su afán por recuperar el terreno perdido ante Rusia y China, países  que alcanzaron una gran penetración en la zona debido a los mandatarios que en la región inclinaron la balanza a su favor.
En la contraofensiva, los norteamericanos han dispuesto de todas sus tácticas para volver a montar presidentes afectos a ellos, sin importarles para nada las convulsiones sociales que que de ello se deriven.
Su deteriorado dollar sigue jugando un papel determinante en sus estrategias, puesto que con él continúan comprando la conciencia de los "criollos" que se dejan tentar por los ostentosos regalos y por el privilegio de llegar a actuar como presidentes, así no lleguen más que a ser unos sonrientes maniquíes.
Son unos maniquíes cuando proceden a cumplir cabalmente cada una de las metas trazadas por los manejadores del poder económico en Norteamérica , al ponerles todo a su entera disposición.
El valor, el afianzamiento de sus multinacionales es lo que importa y para ello han colocado a figuras  claves como a Macri , en Argentina, Peña Nieto , en Méjico, le asestan un golpe de estado a Dilma Rousseff, motivan una crisis política y social en Venezuela, sin mencionar la tirantez que se registra en Centro América.
Hoy mantienen sumida en un caos a Mercosur, instrumento creado por los países  de la región en su intento por buscar el mejor manejo de los intereses económicos de la zona.
Peña Nieto y Macri se reúnen y en la foto, semejan dos papagallos que saben están cumpliendo una tarea dispuesta por la nación que un día dijo, América para los americanos, sin especificar en ese momento, para cuáles americanos, si los llegados de Inglaterra como colonos, o a todos los naturales de una tierra que, al paso que lleva, no tardará en ser otro incendiado Oriente Medio.


viernes, 22 de julio de 2016

Trump, candidato de la ley y el orden, o del odio, del rencor?


El largo discurso de Donald Trump para aceptar su nominación a la presidencia de Estados Unidos  para enfrentarse a Hillary Clinton , le dejó al televidente la sensación  de hallarse frente a una persona movida por el odio, el rencor, disfrazado con la propuesta de recuperar la economía norteamericana, caída en una crisis que aún no supera.
Repetir una y otra vez que él es el candidato de la ley, del orden, acompañado de severos gestos en el rostro, motivó toda suerte de reacciones que iban desde los aplausos por parte de sus seguidores, hasta el rotundo rechazo de las comunidades contra las cuales estaban dirigidas sus palabras cargadas de odio.
Siempre condenó los ataques a la policía suscitados últimamente, sin que  se refiriera con la misma vehemencia sobre la muerte de afroamericanos de manos de uniformados salidos de control y, menos aún, en la aplicación de medidas encaminadas a controlar tales desafueros.
Otro blanco de sus ataques lo constituyeron los inmigrantes ilegales, contra los cuales lanzó todo tipo de señalamientos, hasta culparlos de tener mucho que ver en la actual crisis laboral y de salud que afrontan los norteamericanos y para cuya solución acudió una vez más, a su decisión de construir un gigante muro que separe a Estados Unidos del resto del continente americano, o como ellos lo consideran de manera despectiva, de su " patio trasero".
Ante tan intemperado personaje, los norteamericanos se enfrentan a la gran disyuntiva de tomar partido y someterse a sus desajustes emocionales, o por el contrario,inclinarse por la aspirante Democrática  Hillary Clinton, cuya figura se halla afectada por serios cargos de corrupción que ha sabido matizar con unas posiciones más flexibles ante temas tan espinosos como la inmigración ilegal o las relaciones exteriores para atender especialmente el grave peligro del terrorismo que mantiene al mundo sumido en una profundad angustia.
Pero al sopesar las dos posibilidades, los norteamericanos terminarán inclinándose por quien aparenta ser la menos mala.
Lástima que tan rígido y acomodado sistema electoral, le hubiera cerrado el paso a Bernie Sanders, un senador Demócrata con mayor sentido humanista.

miércoles, 20 de julio de 2016

Que el proceso para la paz en Colombia, no sea una traición bien fraguada


Hoy, cuando se conmemora la independencia de la república, lograda un 20 de julio en un ya lejano 1810, el pueblo colombiano se enfrenta a la posibilidad de la próxima firma de un acuerdo para terminar con esa guerra que por casi 6 décadas , en la era  contemporánea, ha causado la muerte y desplazamiento de miles de inocentes víctimas.
En aquel lejano 1810, decididos patriotas tuvieron el coraje, la determinación, de declarar la desvinculación de la corona de España, para darle comienzo a una vida republicana en donde se actuara sin sujeción a extranjeros en la vida del pueblo.
La búsqueda de la pretendida autonomía, se trocó , con el correr del tiempo, en una guerra intestina de intereses políticos, económicos, que aún hoy no termina y que mantiene a la patria de Bolivar, Santander, Nariño y otros preclaros ciudadanos, además  del más humilde pero decidido soldado, sumido en un profundo caos, en el que solo los aventajados obtienen los grandes réditos.
Esa constante que ha vivido la historia, según la cual, se requiere del concurso de representativos ciudadanos del pueblo para que las luchas sociales salgan adelante, se vuelve a presentar en nuestro medio cuando son las altas figuras de la política y la economía  las que intervienen para hacer posible la firma de una paz que ha anhelado un pueblo cansado de ver caer asesinados a sus hijos y mirar cómo las principales ciudades se llenan de zonas tuguriales, conformadas por los desarraigados por esa violencia que unos cuantos insensatos que obtienen su luccro de ella, se afanan en mantener.
Parte de los responsables de esa violencia que aqueja a una nación que no halla la tranquilidad para un mejor desarrollo económico y social, se enfrenta en un diálogo abierto con el gobierno para deponer las armas. El pueblo aplaude esa actitud de quienes un día  soñaron con rememorar los momentos que permitieron dominar al enemigo español, de optar por la vía de lo político como lo expedito para cumplir sus anhelos, pensando que al final no se trate de una encerrona montada por una clase social que ha defendido sus privilegios, sus ventajas, que a su vez, se han convertido en las grandes talanqueras para que el país pueda caminar por el sendero de la justicia social, de la equidad.

lunes, 4 de julio de 2016

Estados Unidos celebra con orgullo su independencia, aquella que pensaron haber obtenido nuestros países


Las desiguales batallas libradas por el improvisado ejército de las colonias que buscaron su independencia de la "madre patria", Inglaterra, para lograr su autonomía ante un gobierno que los agobiaba con toda suerte de impuestos que les afectaba en su actividad comercial, vistas en el tiempo, merecen todo el reconocimiento por la enjundia, la determinación que animó a cada uno de quienes empuñaron fusiles, en un comienzo, que no tenían un alcance mayor a cincuenta o sesenta metros.
La inexperiencia de los granjeros en asuntos bélicos, llevó un día al general George Washington, comandante en jefe, a declarar, " nosotros hemos conformado un ejército de generales", pocos querían obedecer las órdenes superiores.
Entre las consideraciones tomadas en cuenta al momento en que Thomas Jefferson, en colaboración con otros insurrectos, redactó la Constitución, se encuentran aquellas en las que se afirma, " estas colonias Unidas son, y por derecho deben ser, estados libres y soberanos." Así mismo se  proclama que" todos los hombres nacen libres y poseen ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, que los gobiernos pueden gobernar solo con el consentimiento de los gobernados".
Tales preceptos, concebidos en momentos de plena euforia y que apuntaron a establecer lo que debería marcar el subsiguiente comportamiento de ciudadanos y gobernantes en el mundo, con el correr del tiempo se fueron desgastando, al punto que hoy,largos años después de la firma del tratado de Versalles o de París, en 1783,  la constituída nación del norte de América, se puede decir, practica todo lo contrario, cuando por todos los medios hace lo posible por impedir la libre determinación de los pueblos , afianzada en su poder bélico y económico.
En un país en donde tomó fuerza la práctica de la democracia, sus máximas figuras políticas y capitalistas se han encargado de sembrar la desigualdad, la pobreza, con la única finalidad de incrementar finanzas particulares justificadas en un liberalismo económico,.en donde la libertad de inversión sin sujeción alguna, le dio paso a la inequidad en la existencia del ser humano.
El mismo sueño que animó a los granjeros venidos de Inglaterra a buscar su independencia económica y de existencia en territorio allende el mar, es el mismo que siguen acariciando los que , sin entenderlo, permanecen maniatados por imposición de aquellos que un día buscaron su libertad de una corona que los oprimía.
Estados Unidos celebra con orgullo su independencia, la que esperan un día tener, de manera real, los países que creyeron haberla obtenida despúés de las épicas batallas de nuestros conquistadores.