sábado, 2 de marzo de 2019

LOS NORTEAMERICANOS NO SON TRUMP, UN GOBERNANTE NO ES UN PUEBLO


Cuando se habla de Estados Unidos en lo que hace a situaciones de guerra, motivaciones polìticas para impulsar una nueva confrontaciòn, o hechos concernientes a tratos desventajosos  en lo econòmico con gobiernos en Amèrica Latina, necesariamente hay que establecer una diferencia que permita excluir de culpabilidad de tales actuciones a la poblaciòn civil, la que generalmente se halla al margen de las actuaiones de  quienes manejan el gobierno Norteamericano.
Generalmente quienes hacen alusiòn a las señaladas situaciones, engloban el calificativo, Estados Unidos, los Norteamericanos , con lo cual se hace partìcipe de tales hechos a quienes cuyo ùnico pecado es hacer parte de una naciòn pero en calidad de sujetos pasivos.
En consecuencia, lo correcto serìa culpar a quienes tienen voz y mando para disponer una guerra, intenciones de agresiòn violenta, como la que hoy se registra en Venezuela, pues los norteamericanos, en tèrminos generales, son personas abnegadas al trabajo, a la dura lucha por la diaria subsistencia, màs resistièndose en su interior, en su intimidad, a ese tipo  de actitud de quienes sostienen actuar a nombre de Estados Unidos.
Tanto es asì, que en èste momento un alto porcentje de la poblaciòn rechaza de manera abierta el comportamiento de un presidente que prometiò recuperar una economìa sumida en una profunda crisis por su deuda externa  y cada vez enfrentado a momentos àlgidos ante los continuos choques de criterio con los gobiernos de Rusia y China, sus mayores contrincantes en lo geopolìtico.
Mientras Tump impulsa una agresiòn conta Venezuela, un alto porcentaje de sus habitantes se opone de manera abierta a tal actitud al considerar que se està actuando fuera de los principios internacionales de comportamiento entre las naciones democràticas.
Hay que repetirlo, un gobernante no es un pueblo.