lunes, 27 de febrero de 2023

 

UN EXTRAÑO EN NUEVA YORK Después de haber atravesado el Atlántico, en donde sólo intensas masas de nube acompañaban nuestra mirada y ya, al caer la noche, cuando empezamos a descender, Nueva York se nos muestra como un gigante pesebre - si esta expresión ha sido usada, es la que debo también emplear -, porque reealmente eso es lo que parece desde la altura. Millares y millares de luces se muestran desde abajo marcando interminables avenidas que se entrecruzan por doquier para semejar un fascinante rompecabezas. Cuando la altura es menor, empiezan a distinguirse los rascacielos que tanta fama le han dado al centro mundial de las finanzas. En este momento, aun aparecen erguidas cual figuras esbeltas de un símbolo, las torres " gemelas ", cruelmente dereribadas por fanáticos religiosos que aseguran luchar por una causa justa, asi visto desde su órbita mental. Para quien llega por primea vez a la gran urbe, todo le resulta fascinante. Y es que en vedad lo es. El extraordinario sistema vial se muestra como uno de los grandes alcances de la ingeniería moderna, seguido por otros países para sus ciudades más desarrolladas. (Esta es la primera parte de un trabajo que consta de once páginas, gracias por su atención)