domingo, 24 de mayo de 2015

Es posible la paz con bombas y minas quiebrapatas? La extrema derecha casi celebra fracaso del proceso de paz

Los violentos hechos ocurridos en Colombia en los últimos días entre el ejército y la guerrilla, muestran claramente que la nación no podrá salir fácilmente de un conflicto que data de  los años cincuenta cuando, quienes encontraron en el saqueo de las finanzas de la nación la mejor manera de fácil  enriquecimiento, dispusieron el asesinato del dirigente popular Jorge Eliécer Gaitán , con lo cual se le dio comienzo al baño de sangre que se ha llevado por delante a inocentes vidas.
Mientras el presidente Juan Manuel Santos sostiene a los cuatro vientos que su firme deseo es el de brindarle la paz a Colombia, ordena bombardear los campamentos de las Farc, ante lo cual los dirigentes del grupo subversivo hacen lo propio, suspender el cese unilateral al fuego decretado desde finales del año anterior.
Qué se puede deducir, sencillamente , el presidente Santos cedió a las presiones ejercidas desde la extrema derecha,  cuyo sector se ha opuesto de manera abierta a un proceso que ha corrido el riesgo, como ahora, de tener la misma suerte de los anteriores acercamientos del gobierno con la subversión para acabar con el conflicto que ha motivado millares de desplazados, incontable cantidad de muertos y mujeres y  niños llorando la ausencia de los jefes del hogar.
El presidente ha querido mostrarse inflexible para contrarrestar así las severas y continuas críticas que le caen desde la extrema derecha, sin caer en cuenta, por lo menos, eso creemos, que se trata de jugadas inteligentes de los enemigos de su gobierno  quienes han querido verlo fracasar.
A fe que lo están logrando y celebrarán a rabiar cuando se produzca, por parte del gobierno o de la guerrilla, la suspensión de los malogrados diálogos.
Pero qué puede importar si ello ocurre, los bombardeos y las minas quibrapatas seguirán causando víctimas, soldados o guerrilleros, quienes perecerán en medio de una lucha demencial de la oligarquía por el poder y de unos subversivos que dicen pelear por la reivindicación del pueblo, así caigan sobre ellos señalamientos de estar ejerciendo el narcotráfico como fuente de enriquecimiento..

sábado, 23 de mayo de 2015

Las piernas, las cabezas, exhibidas cual trofeo como en la oscura colonia, seguirán apareciendo

Aun es tiempo de comentar el macabro espectáculo de las piernas del suboficial del ejército, Edward Avila, colgadas en una malla  de un colegio en Convención, Santander, colocadas allí por desconocidos  luego de haberlas perdido en una explosión que se motivó al pisar una mina al momento de  atender una misión especial.
Los informes de prensa señalan que vecinos del lugar de la tragedia  aseguran no haber visto quién las pudo haber colocado allí.
Voceros del ejército , como siempre ocurre, procedieron a culpar a miembros del ELN de la salvaje acción, lo cual, como era de esperarse, produjo el rechazo general de los colombianos quienes se hallan cansados de un conflicto que ha dado para todo tipo de depravación.
Mientras los del ejército culpan al Eln, éstos por su parte desmienten tal versión y han solicitado del gobierno conforme una comisión especial para que adelante la correspondiente investigación que permita esclarecer plenamente, cómo ocurrieron  los hechos.
Tanto el ejército como los subversivos se mantendrán en sus mutuas acusaciones, con lo cual solamente  la opinión pública es la que tendrá que sacar sus propias conclusiones. Y es así, porque lo que se vive en Colombia es una guerra que nos trae a la memoria los cruentos hechos desarrollados en la Nueva Granada, cuando los representantes de la Corona eran capaces de las más crueles acciones con tal de satisfacer al rey.
Aqui no se quiere complacer a un rey  pero sí al jefe o jefes de la extrema derecha, quienes aparecen como desalmados que se valen de toda clase de estrategias, tácticas para mantener el domin io en un país al que le han exprimido hasta el dolor del pueblo.
Y como en la colonia, seguirán apareciendo, a manera de " escarmiento", piernas, cabezas, manos o cualquier otra parte de una vida que reclamaba equidad, justicia para una digna existencia. .

viernes, 15 de mayo de 2015

Nacer, crecer y matarse, nuevo fundamento de la existencia del hombre?

Aquel precepto bíblico referente  a uno de los papeles  del ser humano  en el universo y que dice, nacer, crecer y multiplicaos, con  el transcurrir del tiempo se ha ido trastrocando gradualmente  a medida que el hombre se ha sentido impulsado a mayores logros económicos sin atender los medios que para ello deba emplear.
El camino más expedito para tal fin es el uso de la violencia en todos sus niveles y para lo cual se hace indispensable acudir, generalmente, a la fuerza. Ante la  presencia de la tecnología,  las  armas sofisticadas son el complemento perfecto para facilitar la desbordada riqueza.
Y eso es lo que ahora hacen las naciones con mayor capacidad económica y tecnológica, desarrollar poderosas armas con las que doblegan a  los pueblos débiles, facilitándoles  a los grandes inversionistas expandir más y más su capital al adquirir, mediante el sometimiento, mas la complicidad de traficantes  del dolor patrio ,el derecho a explotar sus riquezas naturales.
Antes que universidades, hospitales , grandes empresas para la producción de bienes de servicio que permitan  la apertura de fuentes de trabajo, se opta, por su mayor  rentabilidad, en la construcción de grandes y modernas fábricas de armas bélicas, cuya capacidad destructiva llena de terror a los pueblos en el mundo.
En Estados Unidos se concentra el mayor numero de ese tipo de instalaciones y desde donde se inunda a los paises del orbe de toda clase de equipos para la destrucción masiva, sin incluir las devastadoreas bombas atómicas, generalmente reservadas para el gobierno a fin de incluirlas dentro de su arsenal de guerra.
Junto con la masiva venta de las pesadas armas, se exporta la publicidad belicista con la cual se pretende justificar la necesidad de las costosas transacciones, incluyendo como soporte, la frase, para defender la democracia, cuando realmente lo que se quiere garantizar es el volumen de venta que permita la existencia de la fábrica.
Ante tan terrible realidad,  no queda más que decir que hoy el ser humano debe nacer, crecer y...matarse!