viernes, 25 de marzo de 2016

Europa, entre bombas y el pánico colectivo

La agitada vida laboral, académica, económica y científica de una Europa que intenta subsistir en medio de la crisis económica que golpea al mundo, recibe un nuevo ingrediente, cual es el pánico colectivo originado por los actos terroristas perpetrados por el extremismo islámico.
La angustia se percibe en el rostro de quienes caminan presurosos por las calles, ante la incertidumbre de no saber si alguien de los centenares que se mueven a su alrededor con un bolso colgado al hombro, porta en él un explosivo
En Inglaterra, España o cualquier otro lugar existe el mismo sobresalto que en Béligica, Francia, por ejemplo, al considerarse que una acción terrorista puede registrarse delante suyo, a la vuelta de la esquina, sin que prácticamente se pueda evitar.
" El gobierno no puede disponer de un gendarme para darle seguridad a cada ciudadano", opinan. Y si así fuera, quién podría garantizar el control al terrorismo, cuando los portadores de bombas salen de donde menos se les espera?
Un alto número de ciudadanos hace señalamientos a cada gobierno en Europa Occidental, por hallarse vinculados con tropas y armamentos en una guerra que un día les era ajena y en las que los clanes islámicos se enfrentan por dominios territoriales.
Pese a la complejidad de los intereses políticos y económicos que han servido de combustible al viejo conflicto, se estima que los mandatarios en cada nación afectada por el terrorismo, debieron tener más prudencia para decidir la vinculación de su país en una confrontación que empieza a dejar como víctimas a quienes, en muchos de los casos, desconocen por qué sucede lo que ahora los llena de angustia.
Desde ese punto de vista , además,  es indudable que la responsabilidad final es de los mandatarios que al aspirar a una presidencia, aceptan las donaciones de multinacionales, quedando así automáticamente comprometidos en acceder a sus pretensiones capitalistas, siendo una de ellas la de querer sacar ventajas en los lugares del Medio Oriente donde hoy se desarrollan conflictos armados.
Ante éste hecho, un compungido ciudadano no tiene  otra alternativa que exclamar, " por qué tenemos que pagar los indefensos, cuando lo correcto debía ser que las víctimas fueran los culpables directos de la soberbia de los extremistas y no quienes tenemos que usar un tren o un autobus para ir al trabajo, a la universidad?.

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