Los golpes de estado gestados en América Latina con base a la bota militar y que tanto daño causaron a la institucionalidad de los países en la región, por ahora, son cosas del pasado.
La nueva estrategia es aplicar lo que se puede llamar " tenaza capitalista", a través de la cual se pretende someter al nuevo tipo de gobierno surgido en la zona, el cual, sin ser comunista, como de manera irresponsable los tildan líderes de la derecha, basan su gestión con énfasis en lo social.
La "tenaza capitalista", contrario a los golpes militares que depusieron a más de un presidente, motivando baños de sangre con la pérdida de gran cantidad de vidas, basa su estrategia en establecer vínculos con sectores políticos opositores a los gobiernos y con cuyos líderes, tal como ocurre en Venezuela, Argentina, Brasil, Ecuador, Boliva, etc., inician verdaderas campañas desestabilizadoras involucrando a la población vulnerable de la cual se sirven para motivar las protestas callejeras, con lamentables resultados, aun cuando de menor grado que las anteriores.
Es así como tanto Brasil como Venezuela se debaten en medio de profundas crisis que mantienen a sus gobiernos en vilo, ya que hoy precisamente el Senado del gigante latinoamericano le decide la suerte a la presidenta Dilma Rousseff, señalada de la comisión de varios delitos en el ejercicio de sus funciones, aun cuando para ello los enemigos han apelado a la violación de normas de la constitución, según los defensores de la mandataria.
No muy distinta es la situación del gobierno de Venezuela, el cual se enfrenta a un congreso de mayoría opositora que pretende sacar al presidente de su cargo.
Si la acción de la "tenaza capitalista" es menos agresiva en cuanto a pérdida en vidas y daños materiales, no es menos cierto que el resultado que se persigue es el mismo, llegar al poder , al estimar que la nueva concepción política de los pueblos ha evolucionado grandemente, al punto que el masivo empleo de medios de comunicación en radio, televisión y periódicos utilizado por los de la extrema derecha para, a través de la desinformación, crear la confusión en la masa popular hasta llevarla a aceptar como real lo que se les presenta, les ha reportado excelentes resultados.
En Venezuela, por ejemplo, no se protesta contra quienes desaparecen de los estantes los alimentos, sino contra un gobierno que libra una titánica tarea para garantizarles la presencia de comestibles en los supermercados y todo, debido a la nueva táctica.
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