sábado, 3 de marzo de 2018

La violencia que no quiere Colombia. Los insultos personales han reemplazado lo programático


La violencia política que hoy sacude a Colombia  permite considerar que falta muy poco para que la situación se pueda tornar igual a la del momento previo y posterior al asesinato del líder liberal,  Jorge Eliécer Gaitán, en Bogotá, el 9 de abril de 1948.
Las primeras agresiones directas, aun cuando sin  mayores consecuencias, se produjo en Cali y Yumbo, Valle, cuando desadapatados que dijeron pertenecer al Centro Democrático, le impidieron a Timochenko, precandidato del grupo desmovilizado de las Farc, cumplir con su agenda de campaña. Iván Márquez, aspirante al Senado, también se vió envuelto en similar situación.
Lo más reciente, el fuerte  abucheo del que fue objeto el expresidente Alvaro Uribe,   aspirante a repetir en el Senado al momento de presidir un encuentro en la Universidad de Popayán, con el lamentable resultado de dos policías y cinco estudiantes heridos, además de serios daños materiales en el comercio y sede política del dirigente. En otro lugar, en Cúcuta, Gustavo Petro, dirigente de la izquierda, debió enfrentarse a actos de protesta contra su presencia en la capital de Norte de Santander, protagonizados presuntadmente, también por militantes de partidos de la derecha, hecho que motivó la protesta del dirigente quien acusó al alcalde del lugar de ser uno de los propiciadores del lamentable hecho.. Su vehiculo fue apedreado, pese a ello, cumplió la concentración publica.
Pero esas lamentables circunstancias tienen su origen en el virulento lenguaje que se ha venido empleando en las intervenciones proselititas en el afán de la derecha por conservar su privilegio en el manejo del estado colombiano y el propósito  de la izquierda de brindarle a los colombianos  otra visión de gobierno.
Los últimos hechos, ademnás de la serie de asesinatos de líderees sociales que han venido ocurriendo, deben llamar a la reflexión de los involucrados en la actual campaña al Congreso y a la presidencia, para que la nación no se vea envuelta en trágicos hechos como los del 9 de abril del 48.
Reflexionará el Senador Uribe? Entenderá que la virulencia, los señalamaientos, generan más violencia? Igual harán Petro, Vargas Lleras y los demás? En dónde han quedado las propuestas programáticas ?

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