domingo, 6 de mayo de 2018

La ultraderecha, la gran pesadilla de la inequidad en A. Latina


La convulsión política que hoy se vive en América Latina tiene una sola motivación, el desmedido afán de la ultraderecha por retomar de manera plena su hegemonía política en una región en la que   en varios de sus pueblos, movimientos de avanzada social han alcanzado un notable avance.
Empleando toda suerte de tácticas, la ultraderecha  se ha venido apoderando de gobiernos con un marcado direccionamiento social para remplazarlos por mandatarios con una agenda clara,  devolverle el predominio a sectores políticos encargados de brindarle toda suerte de beneficios a los grandes capitales transnacionales, para el libre manejo de sus recursos naturales y económicos , sepultando así las mínimas aspiraciones de los sectores populares por alcanzar su reivindicacion social después de siglos de abandono, de atropellos, en todos los sentidos.
La tarea ha sido cumplida a cabalidad. cuando advertimos el golpe de mano que se dio en Brasil al haber sido despojada Dilma Roussef de su condición de gobernante democráticamente electa, para montar en su remplazo a un anciano lleno de todos los vicios y debilidades posibles y quien hoy, enfrenta diversos cargos por corrupción pero que una justicia amañada hace lo posible por mantenerlo en el cargo. Quienes destituyeron a Dilma,  llevaron a´Michel Temer a  esa posición con la excusa de llegar para ejercer un gobierno provisional mientras  se aclaraba las supuestas irregularidades de la depuesta mandataria. Hoy Brasil se debate en medio de toda suerte de protestas sociales.
Igual situación se registra en una Argentina conducida por Mauricio Macri, acusado de haber amasado grandes fortunas con base a trapisondas en los sectores público y privado y quien ha entregado nuevamente a la nación en brazos de los emporios capitalistas norteamericanos.
El libreto continúa con Nicaragua en donde se han fabricado violentas protestas, como las ocurridas en Venezuela, sólo con la firme intención de dar al traste con un gobierno.
Ya no es la bota militar la recorre de manera abierta a América Latina para tumbar y montar presidentes, pues esa tarea se le ha asignado a los capitalistas criollos en cada lugar, los que hoy se valen  de toda suerte de estrategias, apalancadas por las medidas sancionatorias que contra gobiernos pone en práctica Estados Unidos de manera autónoma, sin que ningún organismo internacional las rechace. La Onu y la Oea parecen hechas a su medida.



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