miércoles, 12 de marzo de 2014

En Colombia, un pueblo que vende su tragedia al mejor postor

La danza de los millones arrinconó una vez más a un pueblo que encuentra en la venta del voto la salida momentánea a su crisis, aún entregando su conciencia.
Y así fue, las calles de Colombia se convirtieron en mudos   testigos el l9 de marzo de la tragedia personal de cada hombre, mujeres humildes, de adultos mayores, que arrastrando sus dolidos cuerpos, sus maltratados pies, debieron concentrase en largas filas para cumplirle con el voto al político  urgido de ganar una credencial para llegar al Congreso y quien acompañado de abultado maletin, se dedicó a recorrer barrios en donde la pobreza es el denominador común.
" Ríos de plata", así calificaron  algunos medios periodísticos de Colomb ia lo que se vio las semanas y días previos a la contienda electoral cuando muchos de los aspirantes manejaron altas sumas de dinero en la contratación de todo tipo de publicidad y para lo más importante, la compra de electores, de esos electores que de manera estoica desafiaron las condiciones climáticas de cada lugar con su mente puesta en los cuantos billetes que debían llegar a sus manos como retribución a tal sacrificio.
Cuando la Registraduria nacional dice que el 52% de los colomb ianos se abstuvo de concurrir a las urnas a cumplir con el sagrado deber de contribuir a la conformación del Congreso, de atender el llamado de la democracia, debemos reconocer, así parezca un contrasentido, que ellos tienen más dignidad de los que sí lo hicieron pero para recibir una paga.
Nos preguntamos, qué obligación le cabe a los congresistas electos el atender la diversidad de problemas  que aquejan al colombiano común cuando debieron acudir a toda suerte de tretas para hacerse a una credencial que les garantice participar, con seguridad, en el otorgamiento de contratos para las grandes obras del estado, así ellos se adquieran a nombre de terceros y de otro lado, qué camino le quedaría a aquel ciudadano que el dia de las elecciones no tiene ningún dinero con qué comprar alimento para sus hijos?
Es una triste conclusión, pero real, mientras un alto porcentaje del pueblo siga sumido en la agob iante pobreza, siempre habrá un Congreso conformado por los oportunistas de siempre, por aquellos a quienes lo único que los mueve son sus personales intereses.

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