miércoles, 7 de mayo de 2014

La guerra al proceso de paz en Colombia ha sobrepasado todos los límites

La guerra al proceso de paz abierto desde la acomodada y bien protegida silla del expresidente Alvaro Uribe, ha llegado a todos los límites posibles de la razón.
Ahora el turno le ha correspondido a un personaje que le ocasionó altos perjuicios a los intereses económicos de la nación pero que al igual que su jefe político, se sigue moviendo por el país afanado solamente en que la paz no llegue a Colombia.
Es lo absurdo de quienes siempre han manejado a la nación a su libre y caprichoso antojo, llevando adelante el desenfrenado apetito por el dinero sin importar los medios que para ello se utilicen.
Para el señor Fernando Londoño , es justificable cada mecanismo  empleado  para el despojo de tierra a los campesinos pobres para beneficiar a los grandes terratnientes amigos suyos y de su jefe y de apropiarse de fondos públicos sin que por ello le haya rendido cuentas a la justicia, antes que respaldar el proceso para la paz que se ventila en la Habana.
Pero cuál es el propósito, que el candidato del Centro Democrático, alcance la presidencia para que así tanto él como el señor Uribe y demás personajes puedan continuar  usufructuando el poder en Colomb ia y nada más fácil que lanzar toda clase de acusaciones contra Santos en su propósito de restarle respaldo popular, además de abrir oficinas aquí y allá de manera ilegal para llevar a cabo  interceptaciones a los negociadores del proceso.
La guerra a la paz está abierta.

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