jueves, 1 de septiembre de 2016

En Colombia, los ricos también deben llorar, así Vargas Lleras quiera lo contrario


Esto es algo que muy pocos discuten: La política es una actividad que se mueve sobre intereses personales o de sectores, aun cuando bajo la premisa del neliberalismo el mayor énfasis se le aplica al primer carácter,  lo individual.
Pero ese tipo de sistema puesto en vigencia en Occidente como lo válido para la construcción de nuestra sociedad, se halla lleno de toda suerte de defectos que finalmente contribuyen al surgimiento, a la existencia de una estratificación en las que los intereses del ser humano son objeto de toda manipulación por quienes validos de su astucia, de su truculencia, acceden a las posiciones de privilegio en el manejo del estado.
A lo largo de la historia, los pueblos se vieron en la necesidad de conformar sus propios ejércitos para la defensa del territorio, para lo cual se acudía a voluntarios aun cuando con el correr del tiempo, algunos países lo establecieron como obligatorio el concurrir a las armas del estado y hoy, cuando el sistema neoliberal se halla afianzado, esas fuerzas han entrado a cumplir un rol distinto, cual es la de defender los intereses de quienes conforman los estratos de privilegio.
Todos lo sabemos, la gente humilde, la gente que muy poco o nada tiene  es la que conforma unos cuerpos que, guiados por representantes de las castas dominantes, las manejan al antojo, a la necesidad de aquellos que han acumulado sus fortunas , existen las excepciones, de manera fraudulenta, saqueando los recursos del estado.
Los mandatarios, impuestos por esas fortunas, más las legalmente conseguidas, entran a desempeñar el papel del que obedece, del que cumple el mismo rol de quienes integran las tropas, velar por los intereses de aquellos que se hallan en la mayor escala de la sociedad.,
Los desafueros, los desmanes que puedan cometer los del alto estrato, finalmente pasan a ser aceptados por el jefe de un gobierno o de la justicia, como no graves, como tolerables. Y a ese punto ha llegado el precandidato a la presidencia de Colombia Germán Vargas, cuando ha  diccho de manera pública no hallarse de acuerdo con que quienes financiaron la violencia, las grandes masacres en el país durante la administración Uribe, no vayan a la cárcel. Ello no es extraño pues el condicionamiento  al que se someten los aspirantes a la presidencia en procura de proteger a los del alto capital, así lo establece, sin que importe el daño ocasionado con su concurso.
Ante tal actitud es necesario decir que los ricos también deben llorar, tal como lo hicieron  quienes sintieron el rigor de la violencia que ellos financiaron.


No hay comentarios:

Publicar un comentario