martes, 18 de octubre de 2016

Si en la campaña por el No hubo truculencia, el No debería ser decretado, No


En la guerra, todo es lícito y para hacerla, cualquier medio es justificado. En uno y otro caso, lo honorable es una condición fuera de lugar, al punto que quienes se hallan inmersos en ambas situaciones pierden el sentido de lo razonable.
En un país como Colombia, con pocos espacios de la historia que hallan sido llenados por la tranquilidad, por la sana convivencia, lo motivante  para algunos, resulta ser la violencia y para forzarla, mientras otros claman por la concordia, acuden a cuantos argumentos o procederes les sea posible., por bajos que ellos sean.
Esta consideración es la que hoy se aprecia en Colombia cuando algunos dirigentes, a nombre de una organización creada bajo el rótulo de lo democrático, muestran su insistencia, con base a disfrazados argumentos, de negarle a la nación la paz,  la tranquilidad, que  no ha podido tener, se puede asegurar, desde sus orígenes como república.
Pese a que el gobierno y dirigentes de la subversión emplearon cerca de seis años para buscar un entendimiento que pudiera llevar a la terminación del conflicto político agravado ante el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán, ahora, esos "líderes" pretenden llevarlo al fracaso, ofreciendo reparos a todo lo acordado en la Habana.
Ellos reclaman un ajustado triunfo del plebiscito convocado por el gobierno para la refrendación de lo pactado con los de las Farc, pese a que su actuación estuvo enmarcada dentro de la ilegalidad, según  directo testimonio del gerente de la campaña de la oposición,.  Juan Carlos Vélez, quien dio a conocer las bajas estrategias  empleadas para conseguir la victoria.
Es posible que se reclame un triunfo dentro de tales circunstancias? Legalmente, tanto el Consejo de Estado como el Consejo Nacional Electoral tienen la palabra
El No, debería ser declarado No, dada la truculencia revelada por el señor J. C. Vélez.

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