LA INFLUENCIA DE LA PRENSA EN LA SITUACIÓN DE VENEZUELA

La situación suscitada en la república de Venezuela ante el ajustado resultado de las elecciones del pasado 14 de abril han permitido apreciar de manera más clara, absoluta, el papel desestabilizador que se ha encargado de desempeñar la prensa de los altos conglomerados financieros en el mundo en todos los tiempos, en cada época.
Ahora le correspondió el turno a  esa nación en donde sectores de la derecha y de la izquierda se trenzaron en una disputa por el poder político y económico ante la ausencia del creador del denominado socialismo del siglo XX1, Hugo Chávez Frías, cuyo deceso se produjo motivado por un cáncer.
El candidato oficialista, Nicolás Maduro tuvo a su disposición algunos recursos mediáticos que le permirtía  su condición de presidente encargado, primero, para  adelantar su campaña de divulgación y luego, para fijar una posición sobre el resultado final de las elecciones, mientras que Henrique Capriles, candidato del conservatismo, acudió a su condición de miembro de una de las familias más adineradas de la nación, vinculadas asi mismo al campo de las comunicaciones, para, desde radio, prensa y televisión tanto de Venezuela como del resto de naciones manejadas por el capitalismo, poner en marcha  toda una maquinaria de información  que permitiera dirigir a un grueso sector de la opinión pública hacia la identificación con su protesta contra lo que consideró fue un abierto fraude a la democracia.
En todos los tiempos, la prensa ha sido el vehículo ideal de grupos políticos y económicos para buscar un determinado resultado en sus intereses, pero con ello solamente se está es creando una peligrosa situación en la cual queda inmerso el pueblo inocente, aquel con cuyo voto se  alcanza el poder en los denominados  paises democráticos. Hoy podemos vere un primer resultado de esa peligrosa influencia, cerca de diez muertos y más de cien heridos.
Es necesario que los grupos económicos y políticos le brinden un manejo más moderado a los medios masivos de comunicación y se evite la exacerbación del odio.