La muerte aleve del dirigente popular Robert Serra y su compañera, ocurridas hace dos días , ha motivado toda suerte de pronunciamientos en Venezuela , mientras el gobierno que preside Nicolás Maduro puso en marcha una serie de medidas llamadas a esclarecer el repudiado hecho..
En ese país, la oposición, ha desarrollado una serie de acciones llamadas a desestabilizar el gobierno que han ido desde las llamadas guarimbas, los cacerolazos, los asesinatos y originar el artificial desabastecimiento de los artículos de esencial consumo en los principales supermercados para motivar la reacción del pueblo.
Los orientadores de tales acciones, han sabido aprovechar la ingenuiidad de las personas para crear el clima de zozobra que reclame el pronto cambio del actual sistema de gobierno, sabiendo mantener escondido el real propósito que anima a quienes perdieron el manejo político-administativo de la nación, entre ellos, los dueños de los grandes capitales.
Afrontados con vigor cada una de esos intentos desestabilizadores, el gobierno se enfrenta a otra de las estrategias, buscar motivar el levantamiento popular con base a crimenes como el cometido en la persona del diputado socialista Robert Serra.
Es necesario señalar que con el surgimiento de una revuelta general en Venezuela, los pueblos ubicados en la zona de frontera de ese país y Colombia resultarían, indiscutiblemente, envueltos en el conflicto,dada su fuerte dependencia de la nación vecina, ante lo cual se hace indispensable que las autoridades colombianas sigan en la tarea de identificar a los causantes o gestores, desde éste territorio, de los actos en contra del gobierno Maduro para que se evite esa posibilidad..
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