lunes, 30 de septiembre de 2013

Burocracia y contratos del estado, esencia de los partidos en Colombia

A medida que el narcotrtáfico fue penetrando los distintos estamentos que conforman la estructura del estado, en Colombia los partidos políticos empezaron a perder aquella filosofía que les sirvió de cimiento.
Los  partidos liberal y conservador mostraban con gallardía su razón de ser y sobre esa base se cumplía su derrotero proselitista, pregonado por cada uno de sus preclaros exponentes.
Su sentido filosófico empezó a perder credibilidad entre los sufragantes cuando surgieron los llamados varones electorales quienes supieron amarrar cada voto con cargos públicos a los familiares y amigos de los capitanes, al punto que el gran motivador para concurrir a las urnas pasó a ser el dinero.
De ahí para acá, con el dinero se negocian los votos que garantiza la obtención de una cuota burocrática y jugosos contratos del estado. Ya no cuenta  la filosofía por lo que ahora es fácil constituir un nuevo partido político motivado solamente por ese tipo de procedimiento.
De cuál doctrina, de cuál filosofía puede hablar el "Centro Democrático", grupo surgido de la noche a la mañana y cuyo propósito es lograr un buen número de congresistas para, tal como los liberales, los conservcadores, el Polo, el parttido verde y otros, mostrar su fuerza, no por el peso y la incidencia de un principio, sino por la sagacidad para acomodar a su arbitrio nuestra desgastada constitución.

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