domingo, 17 de noviembre de 2013

Los indígenas en Colombia siguen en su pesadilla de la ocupación española

Desde la ocupación española a nuestros territorios, hasta la fecha, más de quinientos  años después, es poco lo que ha cambiado para los sufridos y nobles indígenas, especialmente en Colombia.
Pese a la serie de normas jurídicas que han sido expedidas por el estado en distintos momentos y reclamadas para su cumplimiento por diversos organismos, entre ellos la Corte Constitucional,  se puede asegurar que la situación de vulnerabilidad de los nativos es angustiante.
En aquel entonces se les sometió a toda suerte de vejámenes amparados, como ahora, en la fuerza de las armas hasta reducirlos a su mínima  expresión, sus territorios saqueados y sus mujeres ofendidas una y otra vez saciandoles el brutal apetito sexual a los millares de presidiarios que la corona envió a la conquista de tan extenso y rico teerritorio.
El estado colomb iano ha intentado matizar la situación, " reconociendoles" una serie de derechos, derechos perdidos con los invasores, entre los que se cuenta la igualdad de oportunidades para cada uno de sus miembros, ( los que aprendimos a medio leer y escribir en Español llegamos de la luna, de marte, no se , porque  nuestro ancestro no es aborigen), ante lo cual no debemos  darnos por aludidos  para exigir el cumplimiento de  esas normas.
Hoy como ayer, un alto porcentaje de los cuatrocientos cincuenta mil indígenas puros que existen en el pais diseminados por distintos rincones de la patria, siguen clamando justicia  para poder superar el grado de pobreza, en unos y de miseria, en la mayoría, que continúan afrontando ante la vista arrogante de mandatarios regionales quienes no disimulan el cierto desprecio que les motiva la condición del ser  aborigen de esas personas que un día fueron dueños de un territorio que con lanza y caballo y ahora con fusil, se les quitó.
Señores gobernantes, los indígenas, por si acaso lo han olvidado, son los verdaderos colombianos . Los demás somos una combinación perversa de invasores e invadidos. .

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