La comisión primera del congreso aprobó en primera instancia la propuesta sobre el voto obligatorio en Colombia presentado por voceros del liberalismo, dentro del proyecto de ley sobre equilibrio de poderes.
Los senadores Horacio Serpa y Viviane Morales, autores de la iniciativa, sostienen que el propósito es intentar luchar contra la compra y venta del voto, práctica que ha llevado a que a las corporaciones legislativas lleguen quienes más dinero mueven en una campaña.
Mientras los gestores se vieron movidos por esa consideración, según lo sostienen, otros indican por el contrario, que el mayor beneficio será para los compradores de votos, ante la presencia de un mercado de oferta y demanda en cada elección.
Pese a las anotadas consideraciones es necesario señalar , así mismo, que si se llegare a convertir el voto obligatorio en acto legislativo, sería la oportunidad de los abstencionistas para que al tener que participar en el ejercicio democrático, lo puedan hacer a conciencia y buscar el cambio por ellos soñado para una nación manejada al arbitrio de las componendas políticas.
Aqui, la juventud tendrá la oportunidad de jugar un papel protagónico en la administración político-administativa de Colombia puesto que con su voto le podrán negar a los de la maquinaría, volver al amañado manejo de los cargos públicos.
Lo otro es que la gran masa de electores prefiera seguirle el juego a los malos políticos al venderles el voto. En una u otra forma, el elector consciente de su responsabilidad, tendrá la palabra.
LOS MANDATARIOS LATINOAMERICANOS HABLAN CON FUERZA EN LA ONU
Quienes seguimos la interevención de los dirigentes latinoamericanos en la asamblea general de la Onu, pudimos advertir la actitud asumida por los nuevos mandatarios, quienes, en términos generales, hablaron de manera abierta sobre sus inquietudes, especialmente acerca de la manera de percibir el manejo que la Organización de Naciones le brinda a los conflictos bélicos que hoy se registran en distintas partes del mundo.
Contrario a lo que antes ocurría, los presidentes exigieron una vigilancia más estricta a la actitud de Estados Unidos frente a cada conflicto regional a fin de evitar que se produzcan los excesos que terminan afectando a la población civil.
Se llegó a solicitar, inclusive, la restructuración del concejo de seguridad de la Onu para que cumpla una más eficiente tarea en tal sentido.
Allí se solicitó respeto a la autonomía de los pueblos.
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