La advertencia del Papa Francisco sobre una tercera guerra mundial, es más seria de lo que muchos creen debido a las fricciones cada vez más altas que se vienen dando entre Estados Unidos y Rusia por obtener el predominio en zonas estratégicas para ambas naciones.
La situación más complicada se registra en Ucrania, zona que logró su independencia tras el colapso político de la Unión Soviética y en donde hoy se construyen misiles para las fuerzas militares de Rusia, así como de la mayor parte de piezas para helicópteros para el transporte de tropas.
Estados Unidos ha puesto especial interés en ese lugar para intentar debilitar la capacidad armamentista de su oponente, sin tener en cuenta el gran perjuicio que sufran los paises europeos que, a través de Ucrania, reciben el gas industrial y doméstico que llega de Rusia.
Observadores internacionales han considerado que la zona en conflicto se convertirá en un gran dolor de cabeza para Europa dada sus actuales condiciones económicas y para cuya recuperación la Onu estima se requieren más de 18 mil millones de dollares en crédito, suma que no le será fácil pagar dado su escaso valor industrial y comercial.
El otro punto de fricción entre las dos potencias lo constituye Siria a raiz de las actuaciones de los extremistas musulmanes contra los cuales Estados Unidos ha solicitado la cooperación internacional para una operación de exterminio, acción que seguramente no será del todo fácil, dada la manera sorpresiva como actúan los integrantes de esas milicias.
Sin embargo, en todo esto, observadores han advertido el vedado interés de ambas naciones de conseguir réditos geopolíticos para una hegemonía lo que fácilmente puede desencadenar, como ya lo advirtió el Papa Francisco en la tercera guerra mundial. .
Es bueno señalar de igual manera, que detrás de la serie de conflictos previos, se hallan las siniestras manos de los grandes capitalistass que incentivan la fabricación de armas destructivas.
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