-Cuando se observa con detenimiento cada actuación del Procurador Alejandro Ordóñez en torno al proceso de Paz que se cumple en la Habana, queda la sensación de estar frente a un funcionario que buscó la reelección, no para atender a cabalidad asuntos de estricta conveniencia para los ciudadanos en general, sino para el favorecimiento del estrecho sector que lo rodea.
Esta apreciación se desprende de cada planteamiento jurídico que hace en torno a disposiciones del gobierno nacional para hallar el adecuado camino para la finalización de un conflicto que ha causado millares de muertes , heridos e incontables desplazados.
En cada pronunciamiento emplea la expresión impunidad que supuestamente desea el gobierno por crímenes del conflicto armado, como si para él la justicia solamente estuviera estrictamente ceñida a su amañado criterio personal de ver las cosas.
En medio de su paranoia, ahora esgrime el argumento que la indemnización a las víctimas por parte de las Farc, servirá exclusivamente para que el grupo subversivo legalice los grandes capitales conseguidos a través de los años de su delictivo accionar, sin esperar siquiera a que el gobierno indique cómo se cumplirá ese importante y necesario paso.
Cuando el presidente Santos habla de la legalización de la marihuana para tratamientos médicos, el más fiel representante en el siglo XXI de la inquisición, esgrime su cruz para decir, sin suficientes argumentos jurídicos, morales o sociológicos, VADE RETRO, SATANA..
Tal parece que su mezquino propósito es, además de oponerse de cualquier manera a lo que signifique conveniencia para una nación maltratada por la violencia en todos los órdenes, es conseguir a toda costa, que el país permanezca de espaldas a los cambios que se vienen dando en el mundo.
Mientras en Canada, Estados Unidos , etc., , ha estado legalizando gradualmente el uso medicinal de la marihuana, a él sencillamente, esos le parece un escándalo. Mientrras Estados Unidos, con el pago de multas al fisco estatal permite la libertad de sindicados de narcotráfico,en tanto se les dicta snetencia, para el Procurador Ordóñez, eso, en Colomb ia, es un despropósito, es ir contra las sanas costumbres, de acuerdo a su amañado criterio.
Porqué no se sintió impedido por sus altos requisitos morales, éticos, jurídicos, para no acudir a las viejas truculencias políticas al momento de perseguir la reelección en el cargo? Vade Retro, SATAN.
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