jueves, 21 de agosto de 2014

La situación jurídica de tres ex-funcionrios o la costosa lealtad a su jefe

Tres personas mayores de edad, adecuada formación académica y con absoluta capacidad para establecer a conciencia  lo bueno o malo para su vida, cayeron en una situación que hoy los mantiene enredados en líos jurídicos, lo cual nos lleva a preguntar, lo que hicieron fue por determinación estrictamente personal o simplemente, para querer congraciarse con un exigente jefe?
Los pormenores de los hechos que envuelven a cada uno de ellos, Luis Carlos Restrepo, Maria del Pilar Hurtado, Andrés Felipe Arias, son ampliamente conocidos no solo en el país, sino en el exterior,  dada la trascendencia de sus actuaciones para la vida política y judicial de Colombia.
Pero, qué llevó a cada una de estas personas a comprometerse en el grado en el que lo hicieron? Acaso no llegaron a pensar en lo arriesgado que resultaba la extralimitación que le estaban dando a sus funciones?
Cuando Luis Carlos Restrepo le dió validez a la desmovilización del grupo La Gaitana, conformado a las carreras , inclusive con guerrilleros que se hallaban presos, para, supuestamente, someterse al proceso de justicia y paz del gob ierno Uribe, a sabiendas que todo era un montaje, no pensó que era un acto sumamente arriesgado por lo que ello representaba para el país? Acaso era consciente si valía la pena su riesgo con tal de favorecer la política de " seguridad democrática", aplicada por Alvaro Uribe para brindarle la paz a Colombia con base a la estrategia de la violencia contra la violencia?
Dentro de ese mismo engranaje cayó  María del Pilar Hurtado, quien como directora del desaparecido Das,  debía implementar programas especiales de vigilancia  telefónica a políticos contrarios  al gobierno, a periodistas, magistrados y jueces de la república, con el propósito de establecer un cerco contra los presuntos enemigos de Colombia, o de Uribe?
Sus excesos hoy la mantienen,igual que a Restrepo, en el exilio, debiendo responder por una condena al hallársele culpable de varios delitos  en el ejercicio de su cargo.
La misma pregunta, estaba plenamente consciente de lo que hacía  y si asi fue, valió la pena cumplir con su lealtad a su jefe, tal como lo hizo?
Por último, claro que sin incluir a los excongresistas que dañaron su vida política al caer en la fantasía que se les hizo vivir, está el tímido Andrés Felipe Arias,  acusado de haber jugado a su antojo con dineros del estado para favorecer a los muy cercanos a su jefe.
Hoy, cuál será su reflexión? Acaso  serán capaces de señalarse ingenuos o de preguntarse si se justificó tanta lealtad al superior  que al parecer, solamente trabajaba por satisfacer un confundido ego?


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