miércoles, 20 de agosto de 2014

La silenciosa invasión negra a Europa , la mestiza y mulata a Estados Unidos, para cobrar una vieja deuda?

La silenciosa invasión negra a Europa y la mestiza y mulata a Estados Unidos que se viene dando con mayor rigor en los últimos años, pareciera representar el cobro de una vieja deuda que ambas civilizaciones mantienen con quienes, en  sus raices, fueron vilipendiados como seres humanos.
El africano negro, tal como se conoce,  fue humillado al extremo por el mercader esclavista al comercializarlo, como si se hubiera tratado de otra valiosa pieza de marfil para más tarde, someterse al rigor del trabajo infligido por sus compradores, para quienes ellos no eran seres humanos, llenos también de  sentimientos y afectados por  la misma fragilidad que ellos, sino que los miraban como irracionales que la naturaleza había dotado de fuerza, de resistencia, para  atender cualquier labor material, por duro que ésta fuera.
Las costas de Europa y América los vieron llegar, encadenados, con  una marca con  hierro candente en el rostro o en cualquier lugar del cuerpo,como una res u otro animal doméstico que permitiera identificar su propiedad.
En aquel entonces, siglo XVI, los portugueses, ingleses, franceses, españoles, entre otros, convierten en lucrativa empresa la compra y venta de hombres negros. Capturados cual manada de animales, se les desarraigaba de sus lazos familiares para someterlos a su nueva y oprobiosa existencia, sin consideración alguna de sus sentimientos como seres humanos.
En norteamérica, los cultivos de los colonizadores fueron impregnados por las gotas de sangre que les arrancaban los latigazos  producto de las extenuantes jornadas de trabajo a las que se les sometía. Igual  en Europa, entre ellos España que los trasladó en buen número al nuevo continente para reemplazar al débil y enfermizo indio en la construcción de sus fortalezas para luchar contra los enemigos del mar.
Los centenares de africanos negros que hoy llegan a Europa, desafiando , en frágiles embarcaciones lo imprevisible  del mar, han hecho levantar una profunda voz de alarma de los gobiernos de España  e Italia, al punto de solicitar la unión de todos los gobiernos de la zona para hallarle una pronta solución  a un problema que amenaza la estabilidad económica de cada  nación.
Los blancos europeos y americanos acabaron, al atender sus intereses mercantilistas, con la expectativa de vida  a la que también tenían el  pleno derecho los negros, al emplearlos cual animales,  sin que los conmovieran sus sentimientos de seres humanos, mucho menos sus lamentos ante el fuerte y despiadado sufrimiento.
El negro africano, como ocurre con el latinoamericano mestizo, mulato, etc., con Estados Unidos, se halla en la silenciosa invasión quizá, para alcanzar un mejor nivel de vida, cuando en sus medios los conflictos políticos y económicos se los impiden, o para , de manera inconsciente, reclamar la vieja deuda de maltrato, abandono y miseria a la que han sido sometidos sus pueblos.
En uno u otro sentido, o sea, cualquiera sea la razón,  se puede asegurar, la situación es tan complicada como entonces, porque ahora deben enfrentarse en ese mundo desarrollado que los sigue rechazando, al estado de esclavitud moderna, tan cruel como el de las cadenas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario