En Colombia, periodismo y fusil, extraño binomio contra la paz

Es necesario reconocer que Estados Unidos le marca la pauta a los países Latinoamericanos  en muhcos aspectos, entre estos, el comportamiento personal.
Para nadie es un secreto que nuestra juventud se ve arrastrada hacia conductas extavagantes que copia de la juventud norteamericana y que se le hace llegar a través de los medios de comunicación, los cuales dejan sentir con toda crudeza la influencia que llega a ejercer en la mente de nuestras generaciones,perdiendo su propia identidad.
De ese efecto de influencia no se han escapado muchos de nuestros periodistas, algunos de los cuales, como en Norteamérica, ahora incursionan de manera más directa en lo político, llevándolos a dejar de lado la objetividad, la imparcialidad informativa, para, en cambio, tomar parte activa , así sea de manera sesgada, en asuntos de la política nacional, pero con la lamentable intención de emplear sus medios de comunicación para amplificar las posiciones de sus jefes políticos por obstrusas que sean, contribuyendo así a la desorientación de las personas , que son las que finalmente reciben sus mensajes.
En Colombia se hizo normal que algunos directores de Noticieros de Radio o Televisión, prefieran hacer noticia de cualquier tipo de invectiva de su jefe político, así ello vaya en contra del propósito del gobierno de buscar la paz mediante el diálogo.
Se le ha dado tanta preponderancia a la invectiva, que en más de una ocasión se ha tirado por la borda la buena intención del jefe de estado por acabar  con  el conflicto que ha vapuleado al país sólo porque eso es lo que complace el oscuro propósito del jefe político.
Se puede asegurar que Colombia se halla en manos de unos desorientadores de la opinión pública y quienes parecieran sentir pleno orgullo en magnificar las sucias intenciones políticas, antes que cumplir con el deber moral de utilizar, frente al micrófono, la objetividad.
Ese es el moderno periodismo de Colombia, y así se juega con el indefenso escucha o televidente. Se podría hablar, inclusive, de una extraña alianza entre el periodismo y el fusil, para hacerle daño a la paz de Colombia, en beneficio de oscuros intereses politiqueros.