Las protestas sociales motivan, a su vez, reacciones contrarias que en ocasiones afectan el objetivo básico de las manifestaciones o reclamos..
Es la situación que se ha planteado por el paro de educadores en Colomb ia, cuando pese a estar plenamente justificado, se ha suscitado la reacción de un buen numero de padres de familia y estudiantes, al considerar que se les está perjudicando.
Pero es necesario reconocer que cada manifestación social conlleva perjuicios a otros sectores que debieran, en razón a la justicia, b rindar un mayor respaldo a un gremio que por siempre ha sido sometido a injustos tratos tanto en lo salarial, como en lo asistencial.
El mal trato al magisterio en Colombia viene de siempre, especialmente en lo que hace al sector oficial en donde sus exigencias académicas no compensan con la remuneración que perciben, además de laborar en condiciones desventajosas tanto para el profesorado como para los estudiantes. Salones sin adecuada ventilación, carencia de suficientes materiales pedagógicos,, deficientes condiciones de higiene en los sanitarios, asistencia médica de poca calidad, además de sus prolongadas jornadas laborales en salones superpoblados.
Con el paro se está afectando a los estudiantes, sí, pero es necesario que el gobierno nacional opte por reconocerles las reclamaciones que hacen , no desde ahora, sino desde tiempo atrás y cuyas soluciones quedan en vanas promesas que recoge un mudo papel que finalmente termina en cualquier gaveta de los ostentosos despachos oficiales.
La educación de calidad no solo se logra con una mejor capacitación del docente, también lo facilita un mejor nivel de vida.
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