La libre competencia para el Procurador Ordóñez es permitir la expoliación

Uno de los argumentos empleados por el Procurador Alejandro Ordóñez   para aprobar en segunda instancia la destitución de Gustavo Petro como alcalde mayor de Bogotá, es su presunta oposición a la libre competencia en el distrito.
Considera el altivo funcionario que Petro violó el principio de la libre competencia y que abusó de su poder para tomar determinaciones administrativas violatorias de la ley, como el haber firmado convenios administrativos para la prestación del servicio de recolección de basura sin el lleno de los requisitos legales  y de haber beneficiado a unos pocos
En su justificación para tales medidas, el alcalde argumentó querer defender los intereses de la ciudadanía, que es a la que finalmente se debe todo funcionario que alcanza un cargo a través del voto popular.
Quienes se han mostrado de acuerdo con la inflexible posición del señor Ordóñez de despojar a Petro de su investidura como alcalde, consideran que la lib re empresa está permitida en Colombia, y eso no se discute.
Lo que sí se rechaza es el hecho de que con el término lib re competencia, se le siga dando legalidad a la expoliación que se ejerce por quienes menejan los servicios públicos cuando proceden a  aplicar las más arbitrarias tarifas, sin que por ello se llegue a ejercer acciones sancionatorias por entidad alguna del estado.
Y eso fue lo que quiso corregir el alcalde, ponerle control al desenfrenado cobro de altas tarifas en el servicio de aseo, por ejemplo,  pero para ello era necesario quitarle al sector privado su manejo , y esto fue lo que incomodó a un funcionario que como el Procurador, se ha constituido  en el verdugo de sus enemigos políticos.
Si Ordóñez reclama el derecho a fijar sanciones disciplinarias a cualquier servidor público, también no es menos cierto que él ha sabido aprovechar su ventajosa posición para acabar con la vida política de quienes profesan ideologías diferentes a la suya, además de quitar  del camino a los supuestos enemigos de su jefe.
Colombia tiene que reaccionar porque con el correr de los meses, en la arena política nacional, solamente quedarán los amigos del demoniaco Ordóñez,  quien con bib lia en mano se ha especializado en asestar severos golpes a sus indefensos contrincantes.

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