La alta abstención que en cada elección se registra en Colombia, nos lleva a preguntar: qué beneficios han logrado los que no sufragan con esa actitud?
Es necesario indicar, luego de analizar el comportamiento de los grupos políticos, especialmente los tradicionales, que la abstención solo ha serviido para que el país siga sumido en el oprobioso manejo que les dan quienes, con pocos votos, se entronizaron en el poder.
Los vicios generados por el caciquismo electoral, producto en parte del voto preferente que permitió, no el fortalecimiento de partidos sino de personajes, impidió la formación de una cultura electoral propiamente dicha, con lo cual hoy nos enfrentamos a la misma rapiña de siempre por el voto.
Aquí, el dueño del voto no es quien decide a cuál nombre acompañar en una elección, por el contrario, se somete al arbitrario criterio de un dirigente forjado no por propuestas electorales y menos por sus ejecutorias, sino por su capacidad de obtener recursos económicos con los cuales sacar adelante una campaña electoral.
Todos tenemos claro que fue el inadecuado comportamiento de quienes llegaron a las corporaciones los que motivaron y siguen motivando la ausencia electoral de las urnas, registrándose, de acuerdo a la contienda de turno, abstenciones que han superado el 60% de la población activa para ejercer el sufragio.
Esa actitud ha sido asumida como el derecho a la protesta pasiva del ciudadano inconforme y eso, realmente, está bien. Pero qué pasaría si en lugar de alejarnos de las urnas, nos acercamos a ellas pero escogiendo de manera autónoma a quienes deben ser los reales voceros del pueblo en el Congreso, por ejemplo?
Vamos a preguntarnos, qué nos ha dejado la abstención? Mucho, permitir , con nuestra indiferencia, que sean los insensibles a las necesidades del pueblo, los que continúen ostentando una credencial, alcanzada seguramente con dineros de dudosa procedencia.
Si el pueblo escoge a verdaderos representantes, Colombia tiene que cambiar. No seas tu propio enemigo. No a la abstención. No al voto en blanco.
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