domingo, 12 de enero de 2014

Medio siglo de sangre y dolor, la única realidad del conflicto en Colombia

Después de más de medio siglo que un humilde campesino  decidió tomar las armas para defenderse ´el y a los suyos de la persecución que un gobierno conservador inicio contra quienes protestaron por el asesinato de Gaitán,  un río de sangre ha sido la única realidad que hoy queda como resultado de aquel propósito inicial de quienes creyeron poder librar a la nación de la tiranía de  los  que emplearon como  excusa  ese crimen para despojar a las personas de sus  propiedades.
Cuando unos soñadores, entre ellos Pedro Antonio Marín, Tiro Fijo, fundaron un grupo que tendría como motivación filosófica la reivindicación a la clase marginada, identificada como Farc, ejército del pueblo, se planteó , en el tiempo, el darle a Colombia un adecuado equilibrio social. toda suerte de hechos violentos han transitado por la extensa geografía nacional, con el lamentable resultado, hasta ahora, de una cifra de muertos no cuantificada pero real, incuestionable, que ha llenado de dolor e indignación a quienes desde la orilla de la impotencia se ven limitados a esperar que esta vorágine concluya.
Colombia se ha enfrentado a una confrontacion totalmente desigual , con unas tropas dotadas de alta tecnología bélica y de comunicaciones, facilitada por la asistencia de Estados Unidos y de unos obsecados, con rudimentarios elementos de ataque, como cilindros y papas bomba, ante lo cual es necesario señalar, lo que han hecho es llevar al inútil sacrificio a miles de jóvenes vidas que se dejaron arrastrar por una supuesta ideología, por un propósito.
La clara desventaja en la que se libra la confrontación y de la cual son conscientes los de las Farc, ha permitido creer que la inicial motivación ideológica quedó trastrocada en lo económico, con base al narcotráfico, hecho que se mantienen en negar.
De todas maneras, si ello es así, qué sentido tiene entonces, seguir llevando al sacrificio a jóvenes campesinos, especialmente cuando, como lo señalaron en su momento Fidel Castro y Hugo Chávez,  la guerra de guerrillas no es posible ante la presencia de tanta tecnología en armas con las que se sostiene un gob ierno.
En consecuencia, lo sensato, lo correcto, es que las Farc se mantengan en su decisión de deponer su actitud y reintegrarse a la vida normal del país. La paz es la mejor opción. Lo otro, como  tantos otros lo han dicho, no es más que una lejana quimera.



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