Lo sucedido en Caloto, Cauca,, con la muerte de tres indígenas , dos de ellos cuando se aprestaban a desmontar una valla publicitaria, ha motivado las más diversas reacciones en la comunidad colombiana, al punto de exigirles a las Farc, brindar una explicación concreta sobre su accionar en medio de los diálogos de paz que se adelantan en la Habana.
Voceros indigenas mostraron su indignación por la muerte de dos de sus miembros cuando retiraban una valla alusiva a la conmemoración, por parte de las Farc, del tercer aniversario de la muerte de Alfonso Cano al considerar que el grupo armado, además de haber violado su territorio, actúo de manera impropia al disparar contra gente indefensa, ante lo cual procedieron a retener a siete subversivos quienes serán sometidos a las leyes que los rigen.
Este hecho, o sea, la retención de los alzados en armas, llevó a las Farc, a expedir un comun icado por medio del cual declara objetivo militar a más de veinte voceros de los indigenas, motivándose alta preocupación en el Cauca, lo que llevó al gobierno, a través del Ministro del Interior, intervenir con el propósito de evitar que las amenazas se lleguen a consumar.
Entre la ciudadanía llamó la atención el hecho de que el Ministro Cristo se hubiera abstenido de señalar de manera directa a las Farc, tal como sí lo hizo el ejército, como los responsables del panfleto amenazador, lo cual lleva a pensar, una vez más, que se puede tratar de estrategias de quienes se hallan detrás del saboteo al proceso de paz de la Habana, para cuya interrupción, se ha apelado a toda surte de artimañas, tanto en lo político, como en las acciones violentas.
Un gran sector de la opinión pública colombiana tiene claro que quienes quieren ver hecho añicos el proceso de paz, no descansarán hasta lograrlo
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