Habrán pasado en vano los 151 años de la abolición de la esclavitud en Estados Unidos para una juventud que se enfrenta a un futuro en el que sus derechos están reconocidos en la constitución americana, pero cuyo efecto para lograr un equilibrio entre lo que dicen las leyes y la real posibilidad que tiene el negro de proyectarse como ser humano, no aparecen por ningún lado?
Y no aparecen porque con la abolición de la esclavitud, se resiste a desaparecer la discriminación ejercida contra los descendientes de una raza traída a América, después de ser arrancada de su tierra africana, para que le sirviera sin ninguna condición a una raza blanca que se respaldó, y aún lo hace, en la creencia de una superioridad por su color.
Los líderes negros de todos los tiempos, entre los que se destaca Martin Luther King, no han podido vencer esa terrible barrera que se alza contra todos los intentos por conseguir un trato digno por parte de quienes consideran tener aún, ellos solos, todo el derecho sobre una tierra que les arrebataron a los indigenas originarios de norteamérica.
Con la discriminatoria actitud, se prolongará en el tiempo el rebelde comportamiento de quienes han pretendido la igualdad en el trato, para la armónica existencia en una sociedad que dice practicar el mejor ejemplo de democracia en el mundo.
Derechos y trato igualitario es lo que consagra la democracia en sus básicos principios, y asi debe ser en la realidad y no, amañada hacia un solo lado.
La juventud negra en Estados Unidos, tal como la blanca, merece contar con un futuro en el que se le garantice la dignidad del ser humano.
Difil tarea la del presidente Obana por coadyuvar, como negro, en tal búsqueda
No hay comentarios:
Publicar un comentario