Ordóñez y Uribe acaban con la vida política de Piedad Córdoba

Y...finalmente se dió lo que los señores Alejandro Ordóñez y Alvaro Uribe querían, acabar con la vida política de Piedad Córdoba, cuando la Corte Constitucional, apéndice político del expresidente, mantuvo en firme la sanción de la Procuraduría contra la dirigente liberal cuando siete magistrados votaron positivamente la determinación según la cual se le inhabilita para ejercer cargos públicos por dieciocho años, respaldado ello con base a las presuntas pruebas halladas en los computadores de Raúl Reyes, al vinculársele con las Farc.
Esto ha sido un juicio político adelantado por uno de los obsecuentes servidores del señor Uribe, un Procurador que actúa bajo la motivación de la revancha política por lo que la dirigente liberall representó para el exmandatario.
Acabar con la vida política de una persona valiéndose de los superpoderes con que cuenta el señor Ordóñez, quien maneja el despacho a su cargo cual mandoble  para golpear a todo aquel que le incomode a él o a sus protegidos, es algo que solo tiene justificación en su perversa personalidad.
Suspender a Piedad Córddoba como congresista, además de impedirle ejercer cargos públicos en dieciocho años, es quitarle a un buen número de colombianos la posibilidad  de verse representados en el Senado o en la vida política nacionall por quien por años se ha destacado como una de las defensoras de las causas populares.
Pero lo realmente reprochable de esta situación es la pasiva actitud asumida por la dirección del partido liberal, la cual, extrañamente no hizo un fuerte pronuncianmiento en su momento para exigir ante organismos internacionales de justicia, se adelantara un proceso de evaluación de las pruebas acopiadas por la Procuraduría´ a fin de que se estableciera claramente si su decisión estaba o  no motivada por un intrerés meramenrte político.
Para quienes le han brindado su respaldo a Piedad, el partido liberal dejó a la dirigente a su suerte, en las garras del Procurador. Ahora, ella debiera, como protesta, anunciar su desvinculación de un partido que le dió la espalda cuando más requería de su colaboración.