Una serie de agudas críticas se han suscitado a través de algunos medios, especialmente digitales, contra el comportamiento, la conducta del com positor y cantante Diomedes Diaz, muerto recientemente, al punto que en uno de ellos se le tildó de " bufón de narcotraficantes, mafiosos y paramilitares".
El destacado artista del folklor nacional colombiano se desenvolvió en una vida llena de excesos que lo llevaron a situaciones realmente delicadas, poniendo en riesgo inclusive, su integridad física..
Quienes ahora revisan con detenimiento el tipo de conducta que en lo público y lo privado marcó la vida del artista, seguramente han dejado de lado una muy válida consideración a través de la cual se podría justificar en cierto momento, sus reprochables excesos.
Es el hecho, real, tangible, de las consecuencias del medio en el que le correspondió desenvolverse a lo largo de su trayectoria y que a su vez, era y aun sigue siendo cohonestada por la sociedad colombiana, lo cual lo supo marcar en su diario vivir.
En Colombia se le dio validez, en privado, a todo lo que tuviera que ver con el contrabando, el narcotráfico, la delincuencia en sus diferentes modalidades, al punto que resultado de ello, hoy altos personajes de la vida nacional se hallan pagando condenas pero que sus arcas permanecen repletas de dollares producto de esas actividades, y las que supieron darles un lugar de privilegio en una sociedad que en lugar de reprocharlos, como ahora quieren hacer con Diomedes,se les acogió acogió y acogen, como a grandes representantes de la vida política y empresarial de Colombia.
El sector popular de Colombia lo entendió de manera clara al aceptar que en el ejercicio de su profesión, él estaba tentado a toda clase de situaciones y por ello supo darle al artista un lugar de reconocimiento que lo transportó a la fama y que lo llevó a llorar su temprana desaparición.
Si Diomedes actúo como bufón de la mafia y el paramilitarismo, hoy debemos señalar que eso forma parte de " la sociedad colombi ana"..
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