Los acuerdos políticos, alianzas contra los pueblos

La cercana presencia de un debate electoral , debiera servir para escuchar motivadoras propuestas que pudieran llevar al ciudadano a inclinarse por una u otra buena motivación y no a caer en lugares y referencias comunes.
En una nación cargada de tantas y serias deficiencias en infraestructura, educación, salud, aspecto laboral , la tarea de cada aspirante a renovar credencial en un determinado organismo legislativo o a llegar a él por primera vez, debería estar fundamentada en el firme propósito de hacer su aporte para que en unión con otras  voluntades, se les brinde la atención que ellas requieren,  para un bien colectivo.
Pero cuatrienio tras cuatrienio, esos factores negativos que aquejan a las comunidades son la pieza clave para alcanzar una curul, pero, con base a la falsa promesa, a la triquiñuela que todo lo tuerce y así dejar ahí la misma situación  para volverla a emplear como tema válido de campaña, y permitir que  transcurra el tiempo en la misma desesperanza de siempre.
Es normal escuchar, " ésta vía ha sido pavimentada varias veces, pero en la mente del candidato" Es así, las que un día fueron pavimentadas, hoy aparecen cargadas de profundos baches o simplemente, , la promesa de pavimentarlas ha quedado en eso, en promesa.
Igual ocurre con las vías terciarias en Colombia en las que ni las bestias de carga pueden transitar en época de invierno, con la consiguiente afectación al campesino que sufre lo indecible para comercializar sus escasos cultivos.
Esa es una realidad que no cambia, mientras los dirigentes políticos se devanan los sesos, intentando encontrar las fórmula salvadora para alcanzar una alianza que les garantice seguir en el alegre manejo de las finanzas del estado, en tanto ese pueblo que aporta el voto sigue en su diario padecer.

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