miércoles, 31 de enero de 2018

Mientras Colombia vive una aguda situación interna, Santos se distrae con la crisis de Venezuela


Los bombardeos en el Chocó por parte de la fuerza pública a campamentos del ELN,   representa la continuación de una situación que por años han debido afrontar regiones en Colombia en las que además de la subversión, han estado presentes el  despiadado saqueo a sus finanzas,  crímenes, narcotráfico , deficiencias en su infraestructura ante la poca acción del estado.
Con los bombardeos y el actuar de las bandas, llega el desplazamiento de humildes familias que se ven obligadas a no permanecer en medio de una situación de la que solo unos cuantos se benefician, entre estos, los políticos  que saben pescar en río revuelto, como reza una popular expresión.
En la última intervención del ejército, una comunidad indigena habla de la afectación a su territorio por  los bombardeos, dada la cercanía de su lugar de vivienda del campamento del Eln.
La fuerza pública entrega su versión de los hechos, mientras los vocereos del grupo armado expiden comunicados en los que sostienen que fue el gobierno  el culpable de la suspensión  de la tregua al utilizar el cese para intentar cercarlos en sus campamentos.
Hay una realidad, existen sectores interesados en que en Colombia definitivamente no haya paz pues siempre ha sido la violencia el eficaz motor de sus beneficios políticos, económicos, sin que importe para nada el sufrimiento de un pueblo.
La actual campaña ha demostrado el poco interés que existe para la paz cuando  los candidatos de las fuerzas dominantes se muestran de acuerdo en la continuación de la confrontación armada, sacando como excusa la necesidad de fortalecer la democracia, sin que se sepa a ciencia cierta a cuál democracia aluden , dado que la inequidad es lo que más afecta al pueblo colombiano.
Entre tanto, el presidente Santos se distrae con la situación interna de Venezuela.

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