La izquierda en Colombia, una corriente política atemorizada

Cada vez que se acerca una campaña electoral  para Congreso o Presidencia de la República, surge la misma inquietud de la  izquierda en Colombia sobre su real posibilidad de hacer proselitismo, tal como  lo cumplen de manera amplia los partidos tradicionales .
Mientras el gobierno nacional hace saber que todos los sectores en contienda tienen el mismo respaldo, las mismas garantías de seguridad, la realidad muestra una cosa distinta, cuando observamos que de manera continua se dan a conocer los asesinatos perpetrados por fuerzas oscuras contra sus representantes.
Colombia mantiene en sus recuerdos la tragedia vivida por los miembros de la Unión Patriótica, colectividad sometida a un gradual exterminio por parte de las mismas fuerzas oscuras que por siempre han sembrado el terror en Colombia y cuyos propiciadores,  pese a ser ampliamente conocidos tanto por el estado como por la ciudadanía, se mantienen activos con una alta participación en la vida nacional, sin que nada los perturbe.
Cuando nos hallamos a las puertas de una nueva confrontación electoral , la misma escondida persecución  se cierne sobre quienes han decidido presentar sus nombres a consideración de la ciudadanía, a nombre de un determinado sector de la izquierda.
Son numerosos los llamados de atención que les han hecho al gobierno sobre las intimidaciones a que se les quiere someter. Esta circunstancia ha relegado a quienes simpatizan por un cambio político en Colombia a un  grado mínimo de exposición para evitar ser víctima de cualquier ataque proveniente de los que ven en la izquierda, no una alternativa de partido, de sistema político, sino un enemigo con deseos de hacerle daño a los dueños del gran capital.
Y es posible  que ese hecho explique en parte el porqué de un candidato de la izquierda, como por ejemplo, Aida Avella, registre un bajo porcentaje  en la intención de votos por parte de los colom bianos.
En Colombia resulta ser un gran peligro aparecer como simpatizante de la izquierda, hecho que debe ser tenido en cuenta por el gobierno si realmente se le desea garantizar igualdad de derechos a quienes profesan una ideologia diferente.