domingo, 16 de febrero de 2014

Los negociados en el ejército. El Minisrterio de Defensa está acéfalo

Las revelaciones hechas últimamente por la Revista Semana sobre  la manera como se vienen comportando las fuerzas armadas en Colombia  ha originado honda preocupación en la ciudadanía, al punto de llegarse a considerar que el Ministerio de  Defensa se halla acéfalo.
En las conversaciones entre el General Leonardo Barrero, comandante de las Fuerzas Armadas y el Coronel  Robinson González del Rio, reveladas a la opinión pública, queda en evidencia la manera como se manejan los negocios en una institución que le cuesta a los colombianos un alto porcentaje del presupuesto nacional para su sostenimiento.
De una de las conversaciones se desprende que en los negociados participan otros saltos miemb ros del ejército sin que de ello se haya, supuestamente, y algo que parece extraño, enterado el flamante Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.
Porque resulta realmente incomprensible que el Ministro Pinzón no sepa cuánto vale un determinado elemento bélico, en su precio base, para en cambio sí, pagar aumentadas cifras para su adquisición sin que importe para nada que se afecte la economía de los colombianos que son los que , con sus contribuciones  fiscales, están corriendo con todos esos gastos.
Ha dicho el alto funcionario que su despacho adelantará una rigurosa investigación para esclarecer los vergonzosos hechos, cuando lo que realmente debe hacer es presentar renuncia inmediata de su cargo. La ciudadanía considera que el presidente Santos no puede seguir respaldando a un funcionario que se advierte claramente anda en las nubes, o en su defecto, sí se halla al tanto de todas las truculencias que allí se cometen pero dice desconocerlas..
Nos preguntamos, cuál es el papel de un gerente? Sencillamente estar informado  de cada aspecto atinente al adecuado funcionamiento de la empresa a su cargo, y es exactamente lo que a primera vista no se presenta en las fuerzas militares cuando más bien la institución  parece una rueda suelta y el responsable de controlarla se encuentra al margen de todo.
A decir verdad, cuando se conocen hechos como los denunciados por la Revista Semana uno no sabe qué es lo que realmente está ocurriendo. Cuando quedó al descub ierto la clandestina oficina para el espionaje en Bogotá y el presidente Santros dijo sorprendido no hallarse enterado de su funcionamiento y más adelante asegurar que sí, que es legal, queda la sensación de que algo anda mal pero que  tercamente se busca parapetar para evitar los negativos efectos de lo que en realidad es un descontrol operativo en los engranajes del estado.
Ahora, qué favores le debe el presidente Santos al padrino político del Ministro Pinzón para que insista tercamente en mantenerlo en un cargo que no representa a cabalidad?

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