Lo que ocurre en Venezuela nos debe llenar de preocupación ante la incidencia, como ya se ha dicho, que puede tener en Colombia una guerra civil en la República Bolivariana.
El presidente Nicolás Maduro ha estado denunciando la existencia de una serie de acciones de la oposición desde Colombia y Estados Unidos, encaminadas a lograr la caída del gobierno, sin que por ello sus dirigentes muestren temor alguno por lo que allí pueda ocurrir.
El mandatario socialista ha dicho una y otra vez que tanto el gobierno de Estados Unidos, como los venezolanos establecidos en Miami, se han valido de diversas estrategias para logar tal propósito, entre ellas, emplear a paramilitares para impulsar la violencia.
La polarización ha llegado a tal grado que se le ha hecho ver a sectores estudiantiles afectos a Capriles, a Leopoldo López, entre otros, se declaren en rebeldía y acepten la presencia , incluso, de quienes disparen contra indefensas personas como ya ocurrió en días pasados en Caracas donde hubo tres muertos y numerosos heridos.
Los miembros de la Comunidad Económica Latinoamericana, Celac, ha rechazado de manera enérgica la injerencia que pueda tener el gobierno de Obama en la crisis de Venezuela, y se le ha pedido que respete la libre determinación de cada nación y que evite que la región se pueda convertir en otro Medio Oriente.
La estrategia para afianzar la desestabilización ha llevado a los empresarios de Venezuela a poner en marcha una fuerte guerra económica, con la cual se persigue incrementar el inconformismo social y todo, según el presidente Maduro, con la abierta actuación del gobierno americano..
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