Las protestas que adelantan los del sector agropecuario y otros, con un lamentable saldo de heridos y fuertes desórdenes, además de acusaciones de violaciones de los derechos humanos por parte de la fuerza pública, no es más que el resultdo de la manera como en Colombia los distintos gobiernos han atendido las necesidades del campo.
Se puede asegurar que al agro se le ha dejado a su entera suerte cuando no han sido puestos en marcha programas que permitan su adecuada recuperación luego de los desastres ocasionados por cada fuerte temporada invernal o por las prolongadas sequías que en ocasiones se dan, adem ás de la falta de buenos carreteables.
Creer que con el otorgamiento de desventajosos créditos del estrdo o de los bancos es suficiente, se comete un error puesto que esas ayudas no van acompañadas de obras básicas para el agro, lo cual permite que con el tiempo, se hayan agudizado hasta llegar al estado actual.
Los campesinos culpan igualmente a los tratados de libre comercio con Estados Unidos y Europa de la agudización de su crisis, entonces, porqué el gobierno no actúo con sensatez y espero unas mejores condiciones del sector agropecuario para su aprobación. Estos aseguran que se les ha llevado a la ruina, culpando de ello al actual gobierno pese a que las respectivas negociaciones se iniciaron en anteriores gobiernos.
Al presidente Santos le cabe la mayor prudencia posible para que la situación, en la que existen incuestionables intereses políticos, no se le llegue a salir de las manos.
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