La expresión lanzada por una persona con diploma académico en torno a la situación de Cuba, me lleva a escribir estas líneas al considerar que su punto de vista es el fiel reflejo de lo que ha representado para un gran sector de hombres y mujeres latibnoameericanos el manejo dado en el hemisferio occidental a la noticia, a un hecho en particular de trascendencia, cuando se somete al direccionamiento deseado por norteamérica.
Esa persona egresada de una importante universidad, y quien a decir verdad, bien puede representar a un alto núcleo de ciudadanos, dijo, no se sabe con qué grado de disposición anímica en ese mnomento, al formular un comentrio sobre la situación social, económica , observcada en la isla, " a mí, Cuba no me llama la atención porque allá no se consigue nada y de eso es responsable Fidel Castro".
Qué ocurrió más adelante? Ese mismo comentario y prácticamente sin quitarle una coma, como se dice, lo hizo una persona con menos formación intelectual, qué despropósito.
Qué nos lleva a reflexionar sobre esa actitud? Simplemente, sin decir que lo estoy descubriendo, ni más faltaba, pero sí para acentuarlo, que ese es el resultado de la manera como Estados Unidos supo emplear los grandes medios de divulgación, para crear el resultado que hoy observamos en la mentalidad de la gran mayoría de nuestras personas.
En efecto, la manipulación mental no ha permitido que quienes así se manifiestan, se hayan puesto a pensar que la crisis de Cuba fue motivada por un bloqueo comercial como respuesta al cambio de concepción política de su gobierno. La capacidad americana está en haber incldinado la balanza de apoyo ciudadano a su favor al calificar como perjudicial para occidente el nuevo sistema político cubano. A partir de ahí, en latinoamérica, con el eco que acá le dieron los grandes medios a la posición justificativa ameericana, a cambio de grandes benecifios económicos, metió en el cerebro de las personas una información errada pero que Estados Unidos hacía y hace ver como lo normal.
Hasta eso nos colonizaron, el cerebro, nuestro derecho a disentir, a decidir de manera libre, sin manipulación de ninguna naturaleza.
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